Las marcas propias de los grandes almacenes, que históricamente han sido un instrumento que permite llenar un vacío en un nicho asequible o incluso de gama básica, están evolucionando y consolidándose como un activo real para estos distribuidores afectados por la crisis sanitaria. De 2019 a 2021, el porcentaje de la oferta propia de los 12 grupos de grandes almacenes pertenecientes a la Asociación Internacional de Grandes Almacenes (International association of department stores, IADS)* aumentó del 9 % al 11% de las ventas totales.
Según el estudio realizado por la organización, este incremento se debe a los efectos de la pandemia, ya que los consumidores locales, más sensibles a los precios variables, han “pasado de marcas internacionales o nacionales a las marcas de distribuidor”; pero también se basa en las estrategias puestas en marcha anteriormente “para hacer más rentable y eficiente esta actividad de la compañía”.
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