La industria de pagos en Latinoamérica ha experimentado una evolución acelerada, desde las tarjetas de crédito hasta los pagos móviles. Según el informe «Future of Retail Payments in LATAM» de Bain & Company, la región mantendrá un crecimiento del 7% en el volumen de transacciones, generando ingresos de hasta 35,000 millones de dólares para las principales entidades del sector. El crecimiento está impulsado principalmente por el uso de tarjetas de crédito bancarias, que se espera aumenten un 10% en los próximos cinco años.
Aunque el panorama es positivo, aún existen diferencias significativas entre los países de la región en términos de adopción, diversidad y regulación en el mercado de pagos. En México, por ejemplo, la preferencia por opciones de pago y crédito vinculadas a bancos e instituciones tradicionales es predominante, mientras que solo el 5% muestra confianza en las opciones digitales.
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El estudio indica que el aumento en el uso de tarjetas de crédito impulsará la adopción de otros métodos de pago, como el «compre ahora pague después» (BNPL) que tiene una alta penetración en México y se espera que crezca un 5.3% para 2026. Además, las opciones de finanzas embebidas ofrecidas por empresas como Uber, Mercado Libre y Rappi han ganado terreno entre la población.
Estas tendencias están fuertemente impulsadas por el crecimiento del comercio electrónico, que se espera que continúe aumentando hasta 2027. Sin embargo, en términos de pagos instantáneos, México aún se encuentra en una fase de madurez baja. Para mejorar la situación, el estudio sugiere que los reguladores financieros deben impulsar políticas y proyectos que favorezcan la estandarización de los pagos, lo que facilitaría el proceso y promovería una mayor adopción. Estos esfuerzos serán cruciales para la correcta implementación y adopción de las monedas digitales emitidas por bancos centrales (CBDCs), un proyecto que el Banco de México tiene en marcha.
