Según publica el portal Cronista
Un nuevo estudio revela la opinión publica sobra la convivencia con el internet y la perspectiva que dan desde su lugar como usuarios.
Un estudio del Instituto Nacional de la Juventud (Injuve) de 2020 constata que la juventud utiliza internet para llevar a cabo tres actividades destacadas: la comunicación vía redes sociales (Instagram, TikTok, X, etcétera), escuchar música y ver series o películas. Estas actividades son algunas de las tantas que antes se realizaban sin internet. Desde la aparición de este el paradigma tecnológico ha dado abruptos pasos.
De hecho, el promedio diario de consumo de Internet por persona en España va en aumento. Así lo refleja el «Informe Audiencia Internet» publicado por Barlovento Comunicación con datos de Comscore que compara junio de 2023 con junio 2022 y el promedio aumentó cinco minutos y pasa a ser de más de dos horas diarias.
Si bien el aumento de cinco minutos parece poco, es anual y hay que considerar que el grupo de 25 a 34 años es el que más tiempo dedica a navegar por Internet, con 168 minutos. Con el pasar de los años este promedio aumentará, ya que los nativos digitales tendrán más acceso al internet porque crecen o porque no tienen restricciones, lo cual puede generar preocupación a futuro.
¿La población quiere volver a la vida sin internet?
El avance es inevitable y traerá consigo un futuro más práctico sin caer en el cliché de «será mejor» ya que es imposible saberlo, simplemente se trata de un futuro diferente. Con otras facilidades y dificultades de cara a la vida cotidiana.
Volver a vivir sin internet mientras que para algunos es una fantasía otros aceptan la realidad, no se trata ya de una cuestión de querer, sino de poder. Mientras para la mayoría de los millennials (nacidos entre 1981 y 1997), la época anterior a internet es un recuerdo lejano; las generaciones posteriores simplemente no lo han vivido por lo que es aún más difícil pensar en una vida sin internet.
Curiosamente, no sólo los jóvenes quedan cortos de imaginación en un mundo sin smartphones, correos electrónicos, ni redes sociales. El Statista Consumer Insights consultó en distintos países del mundo a personas de entre 18 y 64 años asegura no poder vivir sin internet. El 65% de los residentes en Sudáfrica consultados en el estudio ya no se imaginan su vida sin estar conectados, en China el 45%, en Brasil, el 53%, mientras que en España esta cifra es de 46%.
¿Qué son los inmigrantes, nativos y huérfanos digitales?
Marc Prenskyes un profesor estadounidense elaboró una clasificación acerca de como las diferentes generaciones se paran frente al internet. Los adultos que han aprendido o están en proceso de aprender sobre el lenguaje digital, con lo analógico aún en mente (los millennials inclusive), son los «inmigrantes digitales». Mientras los «nativos digitales» son los jóvenes centenials (desde 1998), para quienes lo digital es su lengua materna.
Bajo el constante cambio del ecosistema digital y el prematuro avance de los más jóvenes sobre este, ha cambiado la forma de comunicarnos. La brecha entre generaciones puede acentuarse y distanciar a los padres, siendo esta la mayor brecha histórica. Los nacidos entre los 70, con un contexto social y político delicado a nivel global tuvieron de hijos a los millenials y centenials, quienes tienen FOMO (miedo a quedarse fuera, por su sigla en inglés) cuando entran a LinkedIn.
Fuera del chiste esto mismo es lo que genera huérfanos digitales. Ya que sin adultos que acompañen a los más jóvenes en el proceso de socialización mediática -que antaño se producía en el hogar- se corren riesgos como el ciberacoso (agresión para ejercer poder sobre otra persona vía internet), grooming o acoso sexual vía online, suplantación de identidad y manipulación o mismo enfermedades mentales.
Ver también: El uso de internet no empeora la salud mental, contrario a creencias previas
