Según publica el portal Trade y Retail
La medida generó de manera dispar dependiendo de las categorías.
La ley de etiquetado frontal generó cambios entre los consumidores y también por parte de las empresas de alimentos, que debieron cambiar sus fórmulas para mantener la demanda de los clientes en un contexto en el que la alimentación saludable gana terreno.
Según un relevamiento de ShopApp, el conocimiento sobre la ley, en diciembre de 2021, alcanzaba el 64%, mientras que en febrero de 2023 era el 70%, y en junio 2023, el 75%.
Está claro que existe una mayor conciencia del impacto de la alimentación en nuestra salud y bienestar. Y el 49% de la población sigue un tipo de alimentación específica. En este contexto, desde la consultora Datos Claros elaboraron un estudio para conocer cuál fue el impacto de la ley de etiquetado frontal en el consumo de alimentos.
-El 61% de los argentinos afirma estar más pendiente de su alimentación a partir de la sanción de la norma.
-El 30% de los compradores dejó de consumir productos no saludables.
-Para el 23% la información que circula lo hizo pensar en sobre cómo se está alimentando.
-El 98% de los compradores vio los sellos.
-El 80% está de acuerdo con la inclusión de los sellos.
-El 73% conoce el motivo por el cual se deben colocar.
El estudio de Datos claros también hace referencia al impacto de la implementación de la ley de etiquetado frontal. Para el 72% de las personas le parece bien que le informen si existe exceso de algún ingrediente nocivo; en el otro extremo, solo 8% le parece mal la inclusión de los octógonos, ya que para ellos “todos los productos terminan teniendo sellos y no sé realmente cuál es el más nocivo”.
A pesar de la inclusión de los sellos, el 43% de los consumidores sigue comprando los mismos productos; mientras que el 37% disminuyó su consumo y 20% dejó de consumir productos con sellos.
Desde Datos Claros también buscaron conocer cuál es el impacto de la nueva ley en las diferentes categorías. Por ejemplo, en las que más se reemplazan por otros productos son:
-Snacks (18%)
-Galletitas (17%)
-Harinas (17%)
Se reduce el consumo:
-Prefritos congelados (46%)
-Conservas (44%)
-Fiambres (42%)
Se continúa consumiendo:
-Productos Plant Based (44%)
-Pastas secas (37%)
-Aceites (29%).
El informe también diferenció el impacto de la ley entre los distintos tipos de consumidores. El 40% de los Indulgentes reconoce que los productos son sellos no son saludables, pero de todas maneras elige consumirlos. Entre las razones para hacerlo se destacan que solo le interesa disfrutar de la comida, sin cuidarse especialmente; y que tienen poco tiempo libre y consumen lo que está a su alcance.
Los consumidores Conscientes, en el 65% de los casos, reconoce ver los sellos en los envases y que los hizo descubrir que algunos productos que pensaban que eran buenos no lo son, pero de todas maneras elige consumirlos. Los motivos por lo que hacen esto son que implica mucho esfuerzo comer más sano y que hacerlo es más caro.
Un aspecto que destaca el estudio es el papel de los niños en la alimentación saludable. “Los niños son importantes promotores de la conciencia de esta alimentación saludable”, explican los expertos. El informe señala que 69% de los encuestados hablaron con los niños sobre la norma. Y que en el 29% de los casos, fueron los más pequeños los que iniciaron la conversación.
Como conclusión, desde Datos Claros manifiestan que “la ley en sí tiene mucha aceptación, incluso en relación a la manera en la que se determina si un producto lleva sellos o no”. Sin embargo, no hubo un abandono de consumo de productos con sello de forma masiva.
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