Estudios: Infantes españoles no consumen casi bocadillos

El pan es un alimento que está muy presente en la lista de la compra, aunque su consumo ha descendido durante los últimos años. Prueba de ello es que el 39% de los hogares españoles con niños de entre seis y 12 años consume pan menos de dos veces al día, tal y como se desprende del estudio “Análisis del consumo de pan en el target infantil”, realizado por el Instituto de Investigaciones de Mercado y Marketing Estratégico (Ikerfel) para la Organización Interprofesional de Cereales Panificables y Derivados (Incerhpan).

El pan es fuente de proteínas y de fibra, cuya ingesta es con frecuencia inferior a la recomendada. Con el fin de cumplir con el consumo recomendado de raciones del grupo de cereales y derivados, la Guía de la Alimentación Saludable de la SENC (2018), si bien aconseja consumir arroz, al igual que pasta, de dos a tres veces a la semana, recomienda incluir el pan en todas o prácticamente todas las comidas del día. Un aspecto que solo se cumple en cuatro de cada diez hogares españoles donde habitan niños de entre seis y 12 años, tal y como se desprende de los datos del estudio.


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“Considerando los hábitos alimentarios de la población española, en los que la pasta o el arroz no son alimentos que se consuman a diario y mucho menos varias veces al día, al igual que el resto de los alimentos incluidos en el grupo (como otros cereales, los cereales de desayuno o las patatas), el pan pasa a ocupar un papel fundamental a la hora de cumplir con el número de raciones/día aconsejado de estos alimentos, ya que es un alimento que, de acuerdo con nuestras costumbres, es fácil de incluir en la dieta varias veces al día, pues se integra fácilmente en cualquiera de las comidas”, indica la doctora Beatriz Navia, profesora en el Departamento de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid.

Algunos trabajos realizados en escolares españoles han puesto de relieve cómo el consumo de cereales totales está condicionado por el consumo de pan, siendo más satisfactorio en los niños con un mayor consumo de este alimento. Teniendo en cuenta todo esto, y que los cereales y derivados son la principal fuente de hidratos de carbono complejos en la dieta “el no consumir una cantidad suficiente de pan podría conducir a desequilibrios importantes en la dieta, aumentando la cantidad de energía procedente de las grasas y las proteínas”, añade la experta.

Desciende el consumo de bocadillos

Según el estudio “Análisis del consumo de pan en el target infantil”, en los hogares donde ha bajado el consumo de pan en el último año entre los niños de seis a 12 años, afirman que este descenso se ha producido especialmente en la merienda. Concretamente, cuatro de cada diez padres encuestados indican que sus hijos comen menos bocadillos. La preferencia por otros productos (35%) y una equivocada percepción de que el pan es poco saludable (21%) son otros de los frenos indicados por los padres.

La comida del recreo o la merienda son momentos ideales para que los niños incluyan en su dieta alimentos de gran interés nutricional, como cereales, lácteos o fruta, que completen la dieta diaria. “En los niños que desarrollan una actividad física elevada, la cual implica un gasto elevado de energía, el bocadillo, a media mañana o en la merienda, puede ayudar a cubrir la mayor necesidad de ingesta de hidratos de carbono debida a las mayores necesidades de energía. En estas circunstancias, un bocadillo, acompañado de una fruta o de un lácteo, puede suponer una excelente opción”, recomienda la doctora Navia.

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