El Black Friday ha animado el comercio de calle en Cataluña este fin de semana, aunque los comerciantes advierten que las ventas estarán bastante por debajo de las del año pasado por la ausencia de turistas y la moderación de los consumidores locales, que parecen esperar a la campaña de Navidad.
Tras las lluvias del viernes y de ayer, sábado, la combinación de sol y bares y restaurantes abiertos ha logrado sacar a la calle este domingo a muchos ciudadanos, que han aprovechado para comprar aprovechando los descuentos de la semana del Black Friday.
A falta de datos definitivos, que se darán a conocer en los próximos días, las primeras impresiones apuntan a una cierta moderación en el gasto de los ciudadanos, mientras que muchos comercios (hasta el 30 %) han optado por no levantar las persianas.
«Las cifras totales de ventas estarán seguramente muy por debajo de las del año pasado. Hemos visto cómo entraba mucha menos gente en las tiendas», ha explicado a Efe el presidente de la asociación Retail.cat, Joan Carles Calbet, que cree que la caída puede estar en alrededor del 15 %.
Calbet ha destacado que la lluvia del viernes no animó a salir y que el confinamiento municipal durante le fin de semana tampoco ha permitido el movimiento normal de los consumidores de otros años.
Los comercios del centro de Barcelona son los principales perjudicados por la falta de movilidad entre municipios y por la ausencia de turistas, que solían representar un importante volumen de las ventas.
Pese a todo, Calbet se muestra optimista respecto a la campaña de Navidad, momento en el que, si la crisis sanitaria no se agrava, podrán abrir los centros comerciales.
«Pese a que muchas personas están afectadas por un ERTE, la tasa de ahorro es muy alta, del 22,5 %. Más tarde o más temprano los consumidores que puedan saldrán a comprar y eso puede ser en Navidades», ha dicho, tras recordar que en las 5 o 6 semanas de la temporada de Navidad se factura el 30 % del total del año.
Por su parte, Barcelona Comerç, que engloba a 17 ejes comerciales de la ciudad, ha destacado la tímida participación de los comercios integrados en estos enclaves en la campaña del Black Friday ya que sólo han abierto un 20 %.
Estos comercios, situados la mayoría fuera del centro de la capital catalana, han optado mayoritariamente por no levantar sus persianas y esperar a la campaña de Navidad, en la que depositan sus esperanzas de salvar el año.
Una portavoz de Barcelona Comerç ha apuntado a Efe que, entre los que han abierto, han funcionado mejor los establecimientos de barrios situados junto a centros comerciales ya que se han aprovechado de que éstos no pudieran abrir, como es el caso de los ejes de Sant Andreu o Galvany.
Los comercios de los barrios han sido los más beneficiados durante la pandemia, ya que los ciudadanos han optado por no moverse mucho y realizar las compras en las inmediaciones, así como se han lanzado al comercio online y a Amazon.
La mayoría de tiendas del centro y de cadenas comerciales han realizado descuentos de Black Friday durante toda la semana, mientras que los comercios de barrio se han inclinado por hacerlos el viernes y el sábado, con descuentos que suelen oscilar entre un 10 y un 30 %.
