Compras online: navegando por los desafíos y peligros en la era digital

encuesta, e-commerce

Según publica el portal Canarias Noticias

En la era digital, las compras online están a la orden del día, ya que ofrecen comodidad, variedad y precios muy competitivos. La Navidad es, sin duda, uno de los periodos más ajetreados del año, pues la gente compra a última hora los regalos de Papá Noel y Reyes. Sin embargo, el aumento del consumo en mercados online conlleva una serie de riesgos, ya que los controles de calidad no son los mismos que ofrece el mercado local.


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En este artículo, echaremos un vistazo a algunos de los peligros que esconden los pasillos virtuales y analizaremos el vacío legal que deja vulnerables a los consumidores.

Un vacío legal

Debido a la proliferación de los mercados online, existe el riesgo de que los bienes adquiridos no cumplan con los estándares requeridos.

En España, todo lo que vemos online está protegido por normativas nacionales, europeas o internacionales. Por ejemplo, las aplicaciones bancarias deben cumplir con la legislación local en materia financiera, mientras que las normativas de juego internacionales garantizan que las listas de mejores bonos sin depósito que encontramos en internet pertenezcan a casinos con licencia.

Sin embargo, algunos productos de estos mercados online se saltan las leyes relativas a los bienes de consumo. Preocupan especialmente los bienes eléctricos, ya que, en los últimos meses, se han producido múltiples incidentes, como la explosión de la batería de patinetes u ordenadores portátiles. En muchos casos, estos incidentes se deben al uso de baterías o cargadores defectuosos comprados en plataformas online.

También hay que ir con ojo con los productos de imitación, como pueden ser licuadoras, hornos de aire o procesadoras de alimentos, ya que no suelen cumplir las mismas medidas de seguridad que los productos que imitan.

Juguetes peligrosos

La seguridad infantil es uno de los ámbitos que más preocupa, ya que estos mercados online se han convertido en un semillero de juguetes inseguros. En 2022, un estudio de la industria juguetera británica (BTHA) reveló que el 90 % de los juguetes adquiridos a intermediarios en plataformas online no cumplían con las medidas de seguridad necesarias.

Algunos productos contienen piezas demasiado pequeñas para la edad de los usuarios, las pilas no están suficientemente protegidas, los peluches contienen niveles de ftalatos considerados tóxicos, etc.

El número de ingresos hospitalarios por la ingestión de piezas de juguete se ha disparado en los últimos tiempos. Y es que la carencia de una normativa estricta y la falta de supervisión en los mercados online están provocando la proliferación de juguetes inseguros.

Responsabilidad de los consumidores

Los mercados online ofrecen múltiples ventajas, como el acceso a un mayor número de vendedores, precios más competitivos y envíos rápidos.

Sin embargo, la ausencia de controles de seguridad suele pasar desapercibida para los consumidores. A diferencia de lo que ocurre en una transacción comercial normal, cuando se compra algo en una plataforma online, la responsabilidad de comprobar la seguridad de los bienes recae sobre el propio usuario.

Por sorprendente que pueda parecer, estas plataformas no tienen la obligación legal de evaluar la seguridad de los productos que se venden a través de ella, ni tan siquiera en los casos en los que la plataforma actúa como almacén y transportista de los vendedores.

Este vacío legal, unido a la rápida evolución de los hábitos de compra, ha convertido a los consumidores en importadores, por lo que deben asumir los peligros de la falta de seguridad.

Una cadena de suministro global

Una de las principales dificultades a la hora de abordar este problema es la naturaleza global de la cadena de suministro. Los fabricantes y los intermediarios que venden sus productos, principalmente ubicados en China y Oriente Medio, no aplican los niveles de seguridad necesarios. En algunos casos, puede que desconozcan la existencia de dichos estándares de seguridad; en otros, se los saltan a sabiendas conscientes del vacío legal existente.

Plataformas como Amazon o eBay suelen devolver el dinero cuando un cliente recibe un producto defectuoso, y además se comprometen a retirar los bienes peligrosos de la venta. A pesar de ello, muchos intermediarios vuelven a ponerlos a la venta con un nombre diferente.

El mismo estudio de la BTHA que mencionábamos anteriormente arrojó que, de los 101 juguetes inseguros retirados del mercado en 2022, 65 de ellos volvían a estar a la venta meses más tarde, y en muchos casos a través del mismo vendedor.

Las organizaciones de protección de los consumidores subrayan la necesidad de evitar la entrada de estos bienes en el mercado. El sistema actual, que obliga a los consumidores a detectar e informar sobre productos inseguros, no protege al público de los riesgos asociados con las compras online.

El camino a seguir

Las organizaciones comerciales y las agencias reguladoras han pedido un cambio en el marco legal para obligar a las plataformas online a supervisar la seguridad de los bienes que se venden en ellas, pues consideran que los consumidores no deberían responsabilizarse de los controles de seguridad.

Las plataformas online cuentan con las medidas técnicas y comerciales necesarias para obligar a los proveedores a realizar esta función. Amazon, una de las plataformas con un planteamiento más responsable, tiene suficiente capacidad para garantizar la seguridad de los productos. Sin embargo, es necesario que se introduzcan ciertos cambios legislativos para que la ley obligue a estas plataformas a actuar motu proprio.

Mientras tanto, mucho ojo

A la hora de adquirir un producto potencialmente peligroso, como un bien eléctrico o un juguete, debemos asegurarnos de que incluya el símbolo CE, que indica que cumple con los estándares de seguridad de la UE.

También resulta indispensable fijarse en la calidad del envoltorio y en las instrucciones para asegurarnos de que el voltaje de los productos cumpla las normativas de seguridad locales.

A menudo, un precio demasiado económico puede ser indicativo de que se trata de un producto de imitación o de mala calidad. Resulta aconsejable leer las opiniones de los usuarios, sobre todo aquellas que puntúan a los productos con solo una estrella, ya que pueden darnos una idea de la seguridad y la fiabilidad de los productos.

Hasta que no entre en vigor una nueva ley, estas medidas son todo lo que tenemos para protegernos de los peligros de los productos defectuosos que abundan en el mercado.

Ver también: La revolución de la IA conversacional impulsa la transformación digital en empresas

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