- El traslado de las tiendas del grupo a la calle Michelena producirá un crecimiento lineal del epicentro comercial de Pontevedra
Según publica lavozdegalicia.es La decisión de la multinacional gallega Inditex de trasladar a la calle Michelena uno de sus establecimientos insignia, como reveló esta semana La Voz de Galicia, va a provocar un vuelco, ya veremos de qué entidad, en el tablero comercial de la ciudad. Se atisba que modificará hábitos de compra, influirá en los precios del suelo y, en suma, incentivará calles, como la propia Michelena o Gutiérrez Mellado que lo precisan.
Resulta evidente y así se concluye de las reacciones y valoraciones que se han producido a tenor de la noticia, que el epicentro económico de Pontevedra se transformará para bien. Habrá un desahogo. La primera consecuencia previsible es que se alargará lo que hasta ahora hemos conocido como la milla de oro. Se producirá un crecimiento lineal del kilómetro cero comercial de esta ciudad dada la proximidad entre Benito Corbal y Michelena, con la calle Peregrina como nexo.
Más «Zaras»
Somos una ciudad de servicios, de funcionarios y de clases pasivas, donde el comercio es uno de los principales generadores del empleo local. Pero pese al tesón del sector terciario con numerosas pymes y autónomos que suben todos los días la persiana de sus establecimientos, ¡ojalá hubiera más Zaras repartidos por la urbe! Es obvio que esa y otras marcas del grupo Inditex juegan Champions League y allí donde se instalan, dinamizan la economía y hacen florecer otros establecimientos comerciales y de hostelería a su alrededor.
Esa suerte que tendrá Michelena se contagiará a algunas de las calles adyacentes donde, lógicamente, el precio del metro cuadrado construido y los arrendamientos de locales y bajos comerciales se van a revalorizar, después de años de languidecer a pesar de la plataforma única y la velocidad 10. Ya nos gustaría que la multinacional con base en Arteixo estuviera dispuesta a abrir tiendas en otras esquinas de Pontevedra. En Loureiro Crespo, Reina Victoria o Rosalía de Castro. Sería la mejor medicina para resucitar calles que reflejan una evidente merma de establecimientos, como consecuencia de políticas de tráfico y movilidad que son benéficas para el peatón pero que también suponen un tiro en el pie para la supervivencia del sector servicios.
Hasta ahora, la condición de kilómetro cero comercial de Pontevedra ha correspondido en exclusiva a la calle Benito Corbal.
El apodo de la milla de oro, fue consecuencia, precisamente, de que las tiendas de las diferentes marcas del grupo creado por Amancio Ortega fueron estableciéndose progresivamente en ella desde que en 1984 abrió primero el Zara sito en la confluencia con Sagasta. Durante cuatro décadas y a medida que creció el interés de Inditex pero también de otras cadenas por radicarse en Benito Corbal, el precio de los alquileres se disparó hasta llegar a los 40 euros por metro cuadrado que se piden actualmente. ¡Un disparate! Rentas de 6.000 a 15.000 euros mensuales por locales actualmente vacíos, después de la marcha de marcas como Bershka o Blanco, cuya continuidad ya no era rentable. Probablemente Benito Corbal haya tocado techo y vendrán tiempos de apaciguar precios en aras a una demanda más sosegada.
Reequilibrio
Me decía un amigo agente inmobiliario que el movimiento de Zara debería revertir en un alivio de la presión en Benito Corbal. Sin embargo, no creo que, de entrada, se vaya a producir una fuga inmediata de tiendas de Inditex y de otras marcas hacia Michelena y aledañas. Pero cuando en 2024, abra el nuevo Zara, podríamos asistir a un futuro y progresivo reequilibrio de fuerzas en el liderato comercial de la ciudad.
Además, para entonces, podría ser ya una realidad el nuevo asentamiento de grandes establecimientos en la ampliación del polígono comercial de O Vao, al pie de la carretera a Vilagarcía. Allí aguardamos firmas como Decathlon, Leroy Merlín, JYSK y Eroski, entre otras, que con su innegable tirón producirán una redistribución de los flujos de consumidores. Como ya ocurrió en el histórico de esta ciudad cuando abrieron los centros comerciales de A Barca y de Salcedo, con los respectivos hipermercados como locomotoras, aunque finalmente resultaron medio fallidos.
Rehabilitación
Una de las mejores noticias que conlleva el movimiento de Zara hacia Michelena es que se va a evitar la demolición de uno de los dos edificios afectados por los planes de la inmobiliaria que ejecuta el proyecto. El veto de Patrimonio que considera al inmueble que hace esquina como de «protección monumental» debido a la proximidad de A Peregrina, ha paralizado la piqueta. Y el pulmón económico de Inditex ha sido crucial para hallar una salida, vía rehabilitación integral, con obligada conservación de la fachada en curva, para así cumplir con la catalogación que establece la administración tutelar y, en suma, no detener la inversión.
Por último, en esta notable operación inmobiliaria hay otro factor a considerar. Un cambio de modelo comercial, un nuevo ciclo que propician referentes como Inditex: grandes tiendas en locales con muchos metros cuadrados, con historia y preferentemente rehabilitados, que añaden un toque de distinción a establecimientos de marca. El modelo de galerías comerciales cubiertas como las que tenemos en esos inmuebles de las calles Oliva, Peregrina y Riestra, deberá recrearse para evitar sucumbir ante estos gigantes.
