Generación Z prefiere productos de imitación al momento de comprar

ModaEspaña

A las generaciones anteriores podría sorprenderles que los jóvenes de la generación Z prefieran comprar artículos de imitación en lugar de comprar los originales. Estos productos, a los que suele llamárseles “dupes”, incluyen bolsos baratos de imitación, productos de belleza y otros artículos, y se han convertido en los favoritos de la generación Z y los millenials más jóvenes. Comprar productos de imitación es una tradición que ha perdurado por generaciones, pero la diferencia ahora es que es común aceptar abiertamente, e incluso pregonar, que los productos que se compran y se usan no son originales.

La aceptación pública de estos productos de imitación ofrece una perspectiva interesante a la psique de la generación Z. Por un lado, parecería que estos productos van en contra de la reputación de consumo consciente de la generación Z, que se ha mostrado dispuesta a boicotear a las empresas por cualquier indiscreción. Por otro lado, pueden ser vistos como un acto subversivo, que aparentemente socava a las marcas caras e incluso al propio capitalismo. Reconocer abiertamente la preferencia por estos productos también es una forma de compartir información, otra virtud de la generación Z.


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Escuché por primera vez el término “dupe” hace un par de años. Quería agradecer a una amiga por su ayuda en un proyecto, pero en lugar de adivinar qué querría esta amiga quisquillosa, le pregunté. «Me encantan las velas Feu de Bois de Diptyque, pero puedes encontrar fácilmente un ‘dupe’», me dijo. Esto fue una especie de consejo, porque la vela más pequeña de Diptyque, de 70 gramos, tiene un precio de 42 dólares. Cuando busqué en Google «Dupes de Diptyque», encontré docenas de publicaciones de productos legítimos con una fragancia similar a la versión de Diptyque.

Para ser claros, los proveedores no intentaban hacer pasar los productos como reales. A diferencia de las réplicas, que intentan ser indistinguibles de las marcas conocidas, las imitaciones tienden a ser aproximaciones cercanas que no llegan a ser una falsificación real. Por ejemplo, generalmente no se copian los logotipos de marcas registradas u otros detalles exclusivos de la marca utilizados en los artículos originales.

TikTok, Instagram y otras redes sociales han contribuido a la proliferación de estas imitaciones. Los creadores utilizan las plataformas para publicar reseñas y consejos sobre productos duplicados, así como para ofrecer enlaces a los seguidores sobre dónde realizar la compra. Algunos creadores pueden recibir una pequeña comisión cada vez que un comprador hace clic en un enlace de su página para comprar un producto. TikTok incluso lanzó TikTok Shop a principios de este año, lo que facilitó a los creadores y las pequeñas empresas permitir a los usuarios comprar directamente desde la aplicación. Tanto Instagram, una unidad de Meta Platforms Inc., como TikTok, propiedad de ByteDance Ltd., tienen políticas que prohíben la venta de productos falsificados.

La proliferación de las imitaciones puede ser un problema para las marcas de lujo que utilizan la exclusividad como parte de su modelo de negocio. Los bolsos Birkin y Kelly de Hermès son muy difíciles de comprar directamente al minorista y tienen listas de espera que pueden durar años. El aumento del número de influencers en las redes sociales que llevan bolsos que a primera vista parecen similares a los originales podría dañar la capacidad de la marca para hacer que el producto parezca escaso.

La mayoría de las generaciones tienen un cierto nivel de espíritu rebelde en la adolescencia y en su veintena. La generación Z está en la edad adecuada para querer desafiar a las instituciones y rechazar la forma en que se han comportado sus mayores, y los productos de imitación les permiten hacerlo.

A riesgo de sonar mayor de lo que soy, en mi época, tratábamos de hacer creer que las imitaciones eran reales y rara vez hubiéramos admitido que las comprábamos. Hoy en día, ese comportamiento podría denominarse como “gatekeeping”, término que se utiliza para señalar a cualquiera que intente ocultar información o acceso a la mayoría. Compartir públicamente los productos de imitación es, sin duda, una forma de otorgar acceso. ¿Y qué mejor lugar para que la generación Z comparta información que TikTok?

TikTok, sin embargo, no es donde se popularizaron originalmente las imitaciones. A los YouTubers de belleza a menudo se les atribuye el mérito de haber lanzado el término “dupe”. Después de todo, tiene sentido intentar encontrar una versión más barata, pero eficaz, de una loción, un lápiz labial o una sombra de ojos de alta gama. Sólo necesitas algo que sea efectivo porque no estás buscando solo que todos vean el logotipo. No importa si es una marca que consigues en una farmacia o un producto que cuesta 250 dólares el frasco.

La popularidad de las imitaciones puede parecer contradictoria con el deseo de muchos consumidores más jóvenes de priorizar la responsabilidad ambiental y social. Pero la generación Z no es un monolito, e incluso los consumidores con conciencia social podrían considerar que hay un valor social en el poder de las imitaciones para democratizar los bienes de lujo para las masas. La verdadera pregunta es si la generación Z cambiará de opinión, como han solido hacerlo las generaciones anteriores, y empezarán a comprar la versión real de productos de diseño una vez que su situación financiera se ponga a la altura de sus gustos.

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