Marca ecuatoriana con visión enfocada a la atemporalidad

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Distrito 5, una marca de moda ecuatoriana con una visión centrada en la atemporalidad, funcionalidad e inspiración en la mujer latina, está decidida a conquistar el mercado local y trascender fronteras. Con un enfoque estratégico, recientemente abrió su primera tienda en Guayaquil y la segunda en el país, marcando un importante hito en su expansión. La inversión en la remodelación del nuevo local, inventario, tecnología y capacitación del personal ascendió a $173,000. Esta apertura responde a la creciente demanda de sus clientas en el Puerto Principal, que ya representan una parte significativa de sus ventas en línea. Además, la marca genera un total de 32 empleos directos y alrededor de 300 indirectos en conjunto con su boutique en Quito.

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La visión de Distrito 5 es ambiciosa, aspirando a tener presencia en múltiples ciudades dentro de Ecuador, como Ambato, Riobamba, Loja, Machala y Santo Domingo, y a largo plazo, expandirse a mercados internacionales en países como Colombia, Perú, México y Estados Unidos. El director general, Alejandro Torres, anuncia la apertura de otro local en Cuenca para finales de diciembre o principios de 2024. La marca se enfoca principalmente en mujeres oficinistas amantes de la moda, ofreciendo una amplia gama de prendas, desde pantalones y blazers hasta blusas y vestidos, en estilos tanto casuales como formales.

Aunque su canal de e-commerce es robusto y sus pedidos provienen principalmente de Quito, Guayaquil y Cuenca, Distrito 5 ha dado un paso adelante al inaugurar su primera tienda física en 2022. Estefanía Torres, gerente de compras, señala que, si bien las ventas en línea fueron del 100% entre 2019 y 2021, actualmente representan el 30% de sus ventas totales. La marca ha construido su éxito a partir de una comunidad en línea que comparte su visión y valores.

Distrito 5, una empresa familiar fundada en 2019 con una inversión inicial de $9,000 liderada por Alejandro, Xavier, Cristina y Estefanía Torres, comenzó su viaje en las redes sociales. Comprendieron que estas plataformas eran esenciales para crear un sentido de pertenencia nacional y construir una comunidad interesada en la moda. Inicialmente, su enfoque fue en el contenido y no en la venta de ropa, pero las ventas comenzaron a fluir naturalmente con el tiempo. A partir del mismo año, introdujeron las ventas en línea, lo que los preparó para enfrentar los desafíos de la pandemia en 2020. Sus ventas experimentaron un impulso significativo en este período, y su comunidad empezó a pedir una tienda física, lo que finalmente se materializó en 2022 con la apertura de su primera tienda en Quito, con una inversión aproximada de $90,000. Además, la marca destaca su compromiso con la producción ética al trabajar con talleres aliados y seguir una estrategia de maquila justa, asegurando un pago adecuado a los productores locales. Con una comunidad sólida y una visión clara, esta marca ecuatoriana se ve a sí misma compitiendo exitosamente con marcas internacionales y creando una conexión auténtica con su comunidad.

Con información de Vistazo