Los comercios vuelven a reanudar la actividad en Quito

Los comercios estuvieron cerrados por más de ocho días por el paro nacional que se mantiene en su día 15.

Fausto Borja volvió a lustrar los zapatos en la Plaza Grande, ocho días después, los policías le permitieron el paso a este parque del centro histórico de Quito. Ubicó su sillón y se sentó en su banco de madera, que contiene todos los materiales que usa para dejar relucientes los zapatos de vestimenta formal.


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Con los primeros rayos de sol que parecieron este lunes 27 de junio esperaba que la gente acuda a realizar trámites en el Palacio Municipal, sus secretarías o en el Palacio de Carondelet (Presidencia).

El paro nacional ha impedido que complete para el arriendo de su vivienda. A sus 41 años solo piensa en la manera de conseguir el dinero. Necesita $ 105, porque paga $ 70 de arriendo, $ 15 de agua y luz, y $ 20 por el garaje donde encarga el sillón de lustrado. Esto, sin tomar en cuenta los gastos por alimentación para sus dos hijos, de 11 y 9 años, y su esposa.

Esta mañana los locales del centro histórico volvieron a abrir, sin embargo, al mediodía se acercaba una marcha con manifestantes de movimientos indígenas y el paso se volvió a cerrar. Las pérdidas económicas que han significado las paralizaciones mantienen en desesperación a los comerciantes.

Alejandro Zamora, administrador de la Cafetería Modelo, señaló que tras ocho días de cierre acudieron a trabajar solo cuatro personas, porque no tienen algunos productos de consumo diario, como el pan, los postres o las legumbres. Tampoco encontraron gas y no llegó ni la mitad de sus clientes al lugar.

Solo dos mesas estuvieron ocupadas, en un horario en el que dicho local acostumbraba estar repleto.
Un día normal vendían un aproximado de $ 400. Pero, desde el cierre de los locales no han generado los valores para los mensuales y el arriendo de este característico local. “No tenemos ni todo el menú para ofrecer, y esto no es solamente por el paro. A veces hay pequeños inconvenientes o cualquier tipo de marcha, así sea pacífica y vallan las calles automáticamente. (…) a veces cierran por gusto, por rumores”, enfatizó Zamora.
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