Desperdicio de alimentos en Quito, alcanza cifra alarmante

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En la ciudad de Quito, Ecuador, una preocupante realidad se manifiesta todos los días: el desperdicio de alimentos alcanza proporciones alarmantes. En un mundo donde la lucha contra el hambre es una prioridad, la realidad en esta ciudad es desoladora. Cada día, se descartan aproximadamente 1.1 millones de raciones de alimentos, equivalente a 400 toneladas, debido a diversas razones que van desde defectos en la cosecha hasta etiquetas manchadas o productos fuera de temporada.

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Este problema no se limita a Quito, sino que refleja una problemática más amplia en Ecuador, donde se pierden 939,000 toneladas de alimentos, lo que representa una pérdida económica de USD 334 millones. Alicia Guevara, fundadora y presidenta de la Junta Directiva del Banco de Alimentos de Quito, destaca que la magnitud de este desperdicio podría alimentar a la población que padece hambre en el país, e incluso en toda América Latina, ya que la región produce tres veces la cantidad de alimentos necesarios.

El desperdicio de alimentos se extiende a lo largo de toda la cadena alimentaria: desde la producción, procesamiento y manejo hasta el consumo en el plato. Los estándares de comercialización exigen la perfección visual de los productos, lo que lleva al descarte de alimentos que no cumplen con estos criterios. Además, los productos cerca de su fecha de caducidad, manchados o fuera de temporada también son desechados, lo que agrava aún más la situación.

En medio de esta problemática, organizaciones como el Banco de Alimentos de Quito trabajan arduamente para recolectar y distribuir alimentos a personas en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, la lucha contra el desperdicio de alimentos requiere un esfuerzo conjunto de la sociedad y medidas como comprar de manera responsable, valorar la apariencia de los alimentos de manera menos crítica, y apoyar a los productores locales, entre otras recomendaciones. El Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos se convierte en una oportunidad para promover la seguridad alimentaria y la nutrición, recordándonos la importancia de abordar este desafío de manera efectiva y sostenible.

Con información de El Telégrafo