En Ecuador, el primer mes de racionamientos eléctricos ha dejado un impacto económico significativo, según la estimación de la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG), que calcula pérdidas por un total de $694 millones en ventas. La medida, implementada por el Gobierno debido al déficit de generación de energía, ha afectado a diversos sectores productivos a nivel nacional, reduciendo la facturación de los comerciantes en Guayaquil entre un 10% y 40%, dependiendo del tipo de negocio.
Desde el 27 de octubre, cuando comenzaron los cortes de luz programados, los comercios en Ecuador han enfrentado interrupciones en sus operaciones. Inicialmente, se definieron interrupciones de cuatro horas al día en la Sierra y Oriente, y de tres horas en la Costa, entre las 07:00 y 18:00. Estos horarios se redujeron posteriormente a la mitad, y finalmente, se eliminó el primer horario, estableciendo la programación diaria entre las 10:00 y 18:00.
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La CCG señala que, en condiciones normales, los 21 sectores de la economía afectados por los cortes habrían generado $931 millones en ventas locales durante las horas programadas. Sin embargo, debido a los apagones, se estima que solo se registraron $237 millones. La preocupación de los comerciantes se intensifica al acercarse diciembre, un mes que generalmente presenta mayores ventas.
La ciudad de Guayaquil, en particular, ha sentido fuertemente los efectos de los racionamientos, con la mayor parte de los días programados entre las 10:00 y 14:00, afectando especialmente al sector comercial del centro de la ciudad. Restaurantes y negocios locales han experimentado una disminución en la afluencia de clientes, y algunos han tenido que ajustar sus horarios de operación para adaptarse a los cortes de energía.
El impacto se extiende más allá de los establecimientos de comida, afectando a negocios que dependen directamente de la energía eléctrica. La falta de electricidad ha llevado al cierre temporal de algunos locales durante las horas establecidas para los racionamientos. La situación se agrava con la percepción de la inseguridad y otros factores, creando un entorno desafiante para los comerciantes ecuatorianos.
Con información de El Universo
