Tener un precio alto de petróleo causa impacto en las finanzas del Estado y de las personas. El Fisco debe destinar más recursos para cubrir el subsidio de las gasolinas extra, ecopaís, diésel y gas licuado de petróleo. Y los consumidores de gasolina súper deben destinar un presupuesto mayor para llenar el tanque de sus vehículos.
El barril de crudo West Texas Intermediate (WTI), que sirve de referencia para Ecuador, supera ya los USD 90 por barril. Es el valor más alto desde 2014. Además, este monto es mayor a los USD 59,20 por barril presupuestado por el Gobierno para este 2022.
Con estos valores, el barril de crudo ecuatoriano (que recibe un castigo por su calidad) en promedio se comercializa en el mercado en alrededor de USD 84,80, según cifras del 16 de febrero pasado, de la empresa pública Petroecuador.
Cada dólar adicional que recibe Ecuador en relación con el precio presupuestado de cada barril significaría, a la final, un ingreso bruto de USD 130 millones, menciona Oswaldo Erazo, secretario ejecutivo de la Cámara de Distribuidores de Derivados de Petróleo (Camddepe). “Esto supera las expectativas del Gobierno y le ayuda a tener más liquidez”.
Pero así como se generan más ingresos, el Estado debe destinar también más recursos para cubrir las subvenciones de los derivados. En el sector automotor, por ejemplo, debe cubrir la diferencia entre el precio del mercado y el subsidiado de las gasolinas extra, ecopaís y diésel premium.
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