Ecommerce: ¿Aún conviene comprar afuera o es el fin del puerta a puerta y de los shoppings virtuales?

Así quedarán los precios de la tecnología en el exterior luego de la aplicación del recargo del 30% para los gastos con plásticos
«La Argentina se quedó sin dólares». Con esa frase, Alberto Fernández resumió las causas que están llevando a su Gobierno a darle un golpe de gracia a los gastos con tarjeta en el exterior.
Como parte del proyecto de ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, es inminente la aplicación de un recargo del 30% a las compras con plásticos en moneda extranjera, afectando de esa manera no solo al turismo emisivo, sino también a las compras de ropa y tecnología que ingresan al país a través del sistema «puerta a puerta».
En momentos en que la administración de Fernández habla de proteger a la industria nacional, de cuidar los dólares y de equilibrar las cuentas fiscales, las operaciones a través de plataformas de ecommerce están por recibir un duro mazazo.
El sistema «puerta a puerta» había sido reinstaurado por la administración de Mauricio Macri, que facilitó la logística a través del Correo Argentino y hasta incrementó los cupos anuales disponibles para que cada usuario se pueda convertir en «microimportador».
No solo eso: en 2019, la anterior gestión también había habilitado un nuevo servicio de encomiendas a través de Aerolíneas, para que más argentinos se sumaran al boom de las compras online mediante plataformas como Amazon.
Para ello, se utilizó la capacidad de bodega disponible en los vuelos provenientes de Miami, para lo cual la compañía de bandera debió alquilar un espacio en un depósito en esa ciudad de Florida, para así manejar las cargas de los más de 15.000 usuarios que se dieron de alta.
Esa cifra, en franco crecimiento, no se compara con las más de 600.000 personas que están habilitadas para traer paquetes a través del Correo Argentino, que registró más de 2,6 millones de operaciones desde que el servicio fuera relanzado en el mes de abril.
Sin embargo, el recargo del 30% anticipa una fuerte caída en el flujo de operaciones. Operaciones que, vale decirlo, ya habían sufrido el salto del billete verde, luego de las PASO, que pasó de $46 a más de $60.
La decisión de la administración Fernández ya fue celebrada por algunas cámaras empresarias. Fuentes de la entidad que nuclea a fabricantes de Indumentaria, por ejemplo, afirmaron que si bien el principal problema que padece el sector es la caída del poder adquisitivo y la baja del consumo doméstico, el recargo del 30% para las compras en el exerior «es una medida que va en línea de la recomposición del tejido industrial nacional».
No es un detalle menor que desde la página de Aerolíneas, por ejemplo, la gestión anterior impulsaba a los usuarios a importar «la ropa que necesitás, al mejor precio», con sugerencias para sacar el máximo provecho del servicio.
No solo eso: entre los «productos recomendados» para microimportar todavía figuran en la web oficial repuestos de autos, herramientas y productos electrónicos.
Precios con el «dólar recargado»
Una vez sancionada la ley –se estima que se promulgaría el 26 de diciembre-, el «puerta a puerta» sin dudas sentirá el impacto del recargo del 30%.
Los números hablan por sí solos: en la categoría celulares, prácticamente no se justificará importar ningún modelo.
Si se utiliza el servicio de Aerolíneas Argentinas, quien quiera traer un celular desbloqueado modelo Motorola G7, comprado en Amazon, hoy debe pagar el equivalente a $14.400. Con el nuevo «dólar tarjeta», en cambio, su valor se disparará hasta los $18.700. ¿Cuánto cuesta ese modelo en un retail en la Argentina? Unos 20.000, es decir, apenas 7% más, con la ventaja de contar con garantía local y la posibilidad de pagar en hasta tres cuotas sin interés.
En el caso de un celular libre modelo Samsung Galaxy S10 de 128 GB, la importación a través del «puerta a puerta» de Aerolíneas terminará costando –incluido el nuevo impuesto- casi $95.000, frente a los $71.000 que cuesta en un comercio de Buenos Aires.
Si se opta por un iPhone 11 de 64 GB y se lo compra en una plataforma de ecommerce de EE.UU. y se trae vía Aerolíneas, una vez sancionada la nueva ley terminará costando casi $102.000. Como contrapartida, ese mismo equipo se vende en el país a $119.000.
Las consolas también pasarán a quedar caras mediante el uso del «puerta a puerta»: una PS4 de 1TB con un juego, comprada en Best Buy y enviada a la Argentina con la línea de bandera, terminará saliendo el equivalente a $40.400 (con recargo), frente a los $36.000 a los que cotiza en un retailer local.
¿Y qué sucederá con las notebooks? Si se toma el tipo de cambio actual y se suma el envío y el nuevo impuesto, entonces la brecha se reducirá considerablemente, generando que cualquier alternativa de pago en cuotas pueda hacer torcer la balanza en favor del mercado doméstico.

Por caso, una portátil marca Dell «microimportada» terminará costando $56.700 puesta en la puerta del comprador, frente a los $64.000 que cuesta comprarla en algunos comercios locales, algunos de los cuales siguen ofreciendo algunas cuotas sin interés.

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