Vestas sube su apuesta en Colombia

Molinos de vientos

Vestas sube su apuesta en Colombia, el potencial eólico de Colombia, especialmente el de La Guajira -donde la velocidad del viento es el doble del promedio mundial– ha convertido al país en el destino ideal para las inversiones de numerosas empresas.

Una de ellas es Vestas. Su country manager, Marín García Perciante, habló con EL TIEMPO sobre los planes de la compañía que van más allá de suministrar turbinas porque también le está apostando a desarrollar proyectos en zonas del interior del país y explorar oportunidades de hidrógeno verde.


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En Colombia se tienen recursos eólicos de primera categoría, tanto onshore (en tierra) como offshore (costa afuera). Los proyectos que fueron adjudicados en las subastas de Cargo por Confiabilidad y de energías renovables se van a instalar, probablemente, hacia la segunda mitad del 2025, unos meses después del último plazo que tiene el Grupo Energía Bogotá (GEB) para poner en operación la línea Colectora.

Mientras tanto, hay otros proyectos. Vestas tiene en proceso de construcción y operación cerca de 540 megavatios, que están representados en dos parques de Isagén (Guajira I y Wesp-01) y Alpha y Beta de EDP Renovales.

¿Qué metas tienen para Colombia?

En cierta forma, Vestas fue pionero en el mercado colombiano porque suministró las turbinas para el primer parque eólico que se instaló en Colombia (Jepirachi) hace 17 años, pero ahora no somos los únicos. Nosotros tenemos la aspiración de tener, al menos, una cuota del mercado del 50 por ciento en el largo plazo, ojalá sea más.

¿Ven potencial para proyectos eólicos en el interior del país?

Hemos visto que hay recursos interesantes, aunque no es el mismo de La Guajira donde la velocidad del viento es de entre 8 y 9 metros por segundo. Hoy Vestas tienen tecnología y turbinas que están específicamente fabricadas para funcionar con vientos medianos que hemos encontrado en Huila, Nariño, Boyacá y Valle del Cauca.

Hemos estado trabajando con compañías que están desarrollando proyectos en estas ubicaciones y actualmente están en etapas tempranas de prefactibilidad. Vestas es un fabricante de turbinas, pero no es lo único que hace. Además, se dedica a la investigación, desarrollo, operación y mantenimiento de los parques, que tienen una vida útil de mínimo 20 años.

Aparte de esto, también desarrollamos proyectos propios. No estamos esperando que una empresa nos compre las turbinas, sino que estamos desarrollando los proyectos, en la mayoría de los casos, de la mano de otras compañías.

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¿Qué proyectos están desarrollando?

En Colombia estamos desarrollando proyectos y estamos en fase exploratorios de otros más. En unas ocasiones nosotros estructuramos las iniciativas, y en otras, nos incorporarnos a unas que están en fases tempranas.

Hoy tenemos cerca de 370 megavatios en desarrollo y estamos explorando oportunidades para incorporarnos a proyectos que están en etapas tempranas por unos 200 megavatios adicionales. A veces entramos con capital o cocimiento, o también con las dos.

Hace más de un año le apostamos a Colombia y abrimos oficinas en Bogotá y La Guajira. La apuesta de Vestas es a largo plazo y vemos un potencial enorme no sólo para onshore sino para la energía eólica offshore.

También estamos explorando todo lo relacionado con hidrógeno verde
 porque la expectativa del país, dadas sus condiciones competitivas, es que en un futuro pueda ser un productor y exportador de hidrógeno verde.

¿Qué los diferencia de otras compañías del mercado?

Estamos instalando plataformas de 2 y 4 megavatios, pero la mayor parte de la capacidad que estamos instalando en Colombia (Alpha y Beta) son de la última generación de turbinas, que no solo tiene mejoras tecnológicas sino también el concepto de modularidad, que nos permite combinar diferentes componentes de la turbina para adaptarlos a las condiciones de cada ciclo.

Nosotros tenemos una apuesta muy fuerte en investigación y desarrollo, por lo tanto, constantemente estamos mejorando y evolucionando nuestra tecnología. También tenemos una unidad de negocio que venimos implementando hace algunos años porque no solo queremos ser sólo un fabricante sino también un proveedor de servicios de operación y mantenimiento de nuestras propias turbinas y las de otros fabricantes.

¿Qué desafíos hay en Colombia para instalar parques eólicos?

Hay desafíos en conexión de los parques porque las redes existentes aún no son suficientes. También hay retos en la infraestructura de puertos porque sólo hay uno (Puerto Brisa) que podemos usar para hacer el descargue de los componentes eólicos, pero no fue hecho para esto sino para otro tipo de negocio (carbón), además está a unos 200 kilómetros del lugar de los proyectos.

Así mismo, se deben hacer adecuaciones en las vías y puentes de La Guajira porque no están hechos para el tránsito de turbinas eólicas, que es una carga sobredimensionada y pesada. Otros retos tienen que ver con los permisos y licencias ambientales y el acceso a los beneficios tributarios de la Ley 1715 porque hace falta optimizar los procesos.

Adicionalmente, los equipos necesarios para el transporte e instalación de las turbinas, en muchos casos, no están disponibles en Colombia. Cuando se construyan proyectos en Boyacá, Nariño o Huila tendremos que enfrentarnos a estos desafíos y vamos a tener que importar equipos para mover los componentes al interior del país.

Estos desafíos no son solo para los parques que estamos instalando actualmente, sino para todos los que se van a construir en los próximos años. Sin embargo, Colombia tiene un potencial eólico onshore y offshore que va a permitir a las empresas hacer sus inversiones en la cadena de valor y prestar sus servicios.

Nuestra aspiración es que las importaciones que estamos haciendo hoy en día no sea una situación permanente a futuro, sino que se vaya solucionando poco a poco.

¿Qué se debería hacer para solucionar las barreras de la Ley 1715?

El Gobierno ha mostrado voluntad para solucionar los inconvenientes que están relacionados, sobretodo, con un proceso de aprendizaje natural. Nosotros hemos visto total apertura a discutir los temas y tratar de mejorarlos.

Por ejemplo, cuando se importan las turbinas estas vienen con una serie de protecciones. Entonces, las turbinas se traen con un procedimiento y las protecciones con otro, que en este caso es el procedimiento de importación temporal.

Como todo esto es muy nuevo para las autoridades locales, entre todos estamos revisando cómo logramos hacer este proceso en unos tiempos más óptimos porque actualmente tarda varias semanas. Los proyectos que vendrán en el futuro se beneficiarán de todo este aprendizaje que estamos teniendo ahora.

¿Cómo les ha afectado el incremento del dólar?

No dificulta el suministro como tal, pero sí la previsibilidad de los precios y costos a futuro, no es una coyuntura solo de Colombia sino internacional. Tenemos inflación y volatilidad en los precios de los combustibles para el transporte y en materias primas como el acero, cobre, aluminio, resinas y otros elementos que usamos en las turbinas.

Cuando se toman en conjunto estas volatilidades y se le suma la inflación y la devaluación de las tasas de cambio en algunos países se vuelve difícil determinar qué tan certero será un costo que se tiene hoy al del día en que ejecutará el proyecto, porque pueden llegar a pasar entre 18 o 24 meses desde que se hace la orden de compra y el parque comienza a generar energía. Por lo tanto, se puede ver afectada la rentabilidad del proyecto.

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