Colombia frente a la amenaza de los medicamentos vencidos, en Colombia, un problema persistente y silencioso está poniendo en peligro la salud pública: el manejo inadecuado de medicamentos vencidos o posconsumo.
Estos productos, que a menudo se almacenan en botiquines o cajones de baño pensando en su posible uso futuro, terminan siendo desechados sin conciencia del riesgo que representan.
Según un informe del Sistema de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila), entre 2007 y 2017 se registraron 99.600 intoxicaciones asociadas con medicamentos en Colombia, con 29 muertes solo en 2017.
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En un panorama donde el activismo ambiental es prominente, la lucha contra los residuos peligrosos, como los medicamentos vencidos, rara vez recibe la atención que merece. Sin embargo, la importancia de abordar este problema es innegable, dado el impacto tanto en la salud humana como en el medio ambiente.
El programa de Gestión de Devolución de Productos Posconsumo (PGDPP), establecido en 2009, liderado por laboratorios, productores, importadores y comercializadores de medicamentos, ha sido un paso crucial en la prevención y reducción de daños ambientales y para la salud pública en Colombia.
Este programa, reglamentado como política pública, ha permitido la recolección de toneladas de medicamentos vencidos en todo el país. Además, la creación de 46 planes de gestión, con 39 individuales y 7 colectivos, ha ampliado significativamente la infraestructura para la devolución adecuada de estos productos.
Uno de los ejemplos más destacados es la corporación Punto Azul, compuesta por reconocidas marcas de la industria farmacéutica
Desde su creación en 2009, Punto Azul ha recolectado más de 3.200 toneladas de medicamentos vencidos y posconsumo. Además, lideran programas de formación y certificación para droguistas, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de una disposición adecuada de los medicamentos.
A pesar de estos esfuerzos, persisten problemas, como la falsificación de medicamentos y el mal manejo de residuos, que amenazan la efectividad de los programas de gestión. La Anla ha identificado irregularidades, como el uso indebido de los programas de otras entidades para aparentar cumplimiento normativo. Sin embargo, el reconocimiento internacional y los premios obtenidos demuestran que Colombia está en el camino correcto para abordar este desafío.
Es fundamental que las autoridades ambientales y los actores del sector farmacéutico continúen trabajando juntos para garantizar un manejo adecuado de los medicamentos vencidos y posconsumo.
Además, se deben tomar medidas enérgicas contra aquellos que violen las normativas y pongan en riesgo la salud pública y el medio ambiente. Con un enfoque integral y colaborativo, Colombia puede convertirse en un ejemplo mundial en la gestión responsable de los medicamentos vencidos, protegiendo así la salud de sus ciudadanos y el entorno natural.
