Continúa el conflicto de Amaszonas en Bolivia; La crisis que ha sumido a Amaszonas, una de las aerolíneas privadas más importantes de Bolivia, en un paro forzado de operaciones, parece haber llegado a un punto crítico con consecuencias imprevisibles. Lo que comenzó como una disputa en torno a la desmatriculación de cuatro aviones de la flota de Amaszonas, a petición de la empresa de leasing GY Aviation, debido a una deuda millonaria por arrendamiento, ha evolucionado hacia una situación compleja con implicaciones legales y financieras.
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A pesar de un fallo emitido por la Sala Constitucional Tercera de La Paz a favor de Amaszonas, que ordenaba la reinstauración de las matrículas de las aeronaves en un plazo de 24 horas, la realidad se ha vuelto más sombría. La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGCA) y el ministerio de Transportes boliviano han decidido mantener la suspensión de las matrículas en lo que denominan un «statu quo», hasta que la aerolínea resuelva los procedimientos administrativos y el conflicto con la arrendataria.
El conflicto no solo ha paralizado las operaciones de Amaszonas, sino que también ha llevado al propietario de la aerolínea, Mauricio Souza, a tomar medidas drásticas. Souza anunció que presentará demandas internacionales contra el Estado boliviano, buscando una compensación de $50 millones por el retiro «ilegal» de las matrículas de los aviones y la vulneración de los derechos de la empresa.
La incertidumbre prevalece, y la pregunta que se plantea ahora es si esta situación marca un punto de no retorno para Amaszonas, con repercusiones no solo en la empresa misma, sino también en el sector de la aviación y en la imagen de Bolivia como destino de inversión. Mientras tanto, el futuro de la aerolínea y el conflicto legal que la rodea plantean desafíos significativos para todas las partes involucradas, dejando a la industria y al país en una encrucijada inusual y compleja.
