Construyendo Identidades Globales: El Poder y la Evolución del Nation Branding

National Branding

La noción de Nation Branding, un concepto que busca crear y gestionar la reputación de un país a nivel internacional, ha ganado prominencia en las últimas décadas. Originado en la década de 1990, este enfoque estratégico ha sido adoptado por gobiernos para promover la identidad y los valores económicos y sociales de sus naciones en la escena global. A diferencia de un simple logotipo o eslogan, la marca país involucra una estrategia comunicativa que va más allá, buscando capitalizar la reputación con el fin de atraer turismo e inversiones extranjeras.

En la década de 1960, se iniciaron las primeras teorizaciones sobre el Nation Branding, mientras que en el año 2000, hubo un intento de construcción de identidad a través del Centro de Promoción Bolivia (Ceprobol).

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La construcción de una marca país va más allá de meros aspectos comerciales y turísticos, también incorpora la noción de identidad. Como sostiene Roberto Sánchez, docente de Publicidad y Marketing, «un país construye su reputación, para bien o para mal, pero nunca deja de hacerlo.» Esta perspectiva abarca la identidad interna y cómo esta se refleja hacia el exterior, generando orgullo nacional y una narrativa unificada de valor.


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La importancia del Nation Branding radica en su capacidad para forjar una identidad nacional sólida y coherente, que pueda alcanzar objetivos concretos en comparación con otras naciones. Además, busca atraer la atención de inversores y turistas a través de la consolidación de una imagen positiva. Sin embargo, más allá de los beneficios económicos y comerciales, el impacto más profundo se encuentra en el sentido de pertenencia y orgullo de los ciudadanos hacia su país.

El proceso de creación de una marca país implica un análisis profundo de la filosofía nacional, la cultura, y la identificación de los públicos objetivo. La definición de objetivos generales y específicos para diferentes áreas, como lo económico, político, cultural y turístico, es esencial en esta estrategia. La participación de diversos actores locales, desde gobiernos municipales hasta empresarios y representantes del turismo, es crucial para construir una identidad competitiva y coherente.

En retrospectiva, el Nation Branding ha evolucionado a lo largo del tiempo, aprovechando el poder de las redes sociales y la comunicación global. Ejemplos exitosos de marcas país incluyen a España, que se posicionó como puerta de entrada a Europa en la década de 1990, Chile como un país comercialmente viable, y Japón con su enfoque en la difusión de su cultura. A medida que esta estrategia continúa desarrollándose, se reconoce que su impacto va más allá de la economía y el turismo, llegando a moldear la identidad y la percepción de un país en todo el mundo.