Bolivia en el juego global: oportunidades y desafíos en marketing deportivo

mujer deporte al aire libre

El deporte, más que un campo de juego, se ha convertido en un vasto terreno de oportunidades para las marcas, trascendiendo las fronteras tradicionales del marketing deportivo. Atrás quedaron los días en que la promoción se limitaba a eventos masivos y productos vinculados directamente con la actividad física. En la actualidad, las marcas abarcan diversos sectores y eventos, capitalizando la atención de los aficionados mientras observan partidos, carreras o competiciones, tanto en el campo de juego como en vallas publicitarias que exhiben desde refrescos y automóviles hasta oficinas gubernamentales.

A lo largo de décadas, las marcas han consolidado su presencia en el mundo deportivo, extendiendo su alcance a través de acuerdos con estrellas, grandes equipos y eventos emblemáticos. El marketing deportivo, con su amplio espectro, se ha convertido en un gigante de millones de dólares en movimiento, estimando que para 2024 alcanzará los 56.000 millones de dólares, según proyecciones de la compañía británica Two Circles.


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Este dinamismo se alimenta principalmente de eventos de envergadura, como las ligas europeas de fútbol, la Eurocopa, la Fórmula 1 o el Super Bowl, donde las marcas buscan asociar su imagen con visibilidad y destacar ante el público. La relación inversión-retorno es fundamental en acuerdos de auspicio, donde las marcas despliegan estrategias para convertir la visibilidad en ventas y atraer nuevos consumidores, convirtiendo así al marketing deportivo en un valor estratégico.

Aunque el fútbol sigue siendo el rey indiscutible en Bolivia, la era digital ha permitido explorar otros campos deportivos, como atletismo, ajedrez y tenis. Las redes sociales y los medios digitales han contribuido a resaltar otros deportes, brindando a las marcas oportunidades de diversificación y expansión. El marketing deportivo, en su naturaleza versátil, no se limita a empresas relacionadas con el deporte, sino que se extiende a sectores diversos, como bebidas, automóviles, seguros y tecnología, con el objetivo común de obtener visibilidad.

En esta era digital, las marcas encuentran nuevas formas de asociar sus productos al deporte y al estilo de vida de los atletas, posicionándose como sinónimo de calidad. En Bolivia, existe un potencial de crecimiento en otras disciplinas deportivas, que van más allá del fútbol, y este terreno inexplorado representa oportunidades para marcas de todos los tamaños. La interconexión global trae consigo desafíos, como la competencia desleal y la gestión de la reputación en redes sociales, pero también abre puertas para la expansión y la conexión con nuevos públicos. En resumen, el marketing deportivo se erige como un escenario en constante evolución, lleno de desafíos y oportunidades para las marcas que buscan destacar en este emocionante juego comercial.

Con información de El Deber