Bolivia: el valle alto se afirma como productor de vinos de élite

vino

El valle alto de Cochabamba, ubicado a una altitud de 2.800 metros sobre el nivel del mar, ha emergido como un enclave clave en la producción vitivinícola de alta gama en Bolivia. Durante casi 11 años, esta región ha prosperado como epicentro de cultivo de uvas de altura y orgánicas, caracterizándose por su compromiso con la calidad y la producción de vinos artesanales excepcionales, con proyección tanto nacional como internacional.

El pionero detrás de este florecimiento vitivinícola fue Macario Álvarez Reque, cuyo emprendimiento en Arani marcó el inicio de esta aventura en 2012. Su inspiración se forjó en la comunidad de Calamuchita Muturayo, en el valle central de Tarija, donde Álvarez encontró a su mentor, José Sánchez Gareca, un pequeño vitivinicultor. Juntos, dieron forma a la idea de cultivar uvas en las tierras de Arani.


Banner_frasco-suscripcion-800x250

Vea también: Bolivia reduce el costo de registro de marcas y beneficia a MyPEs

El aprendizaje se intensificó con las visitas de Sánchez al valle alto, donde compartió sus conocimientos y experiencia. Durante estos años, se plantaron los primeros viñedos, comenzando con la uva Moscatel Blanca de Alejandría. Con el tiempo, Álvarez expandió su área de cultivo, de 1.000 plantines iniciales a más de 4.000, convirtiéndose también en un experto en vitivinicultura.

En la actualidad, el valle alto de Cochabamba alberga 10 hectáreas de uva distribuidas en varios municipios. Los cultivos incluyen siete variedades de uva, siendo Italia, Ribier y Moscatel las más destacadas. La producción alcanza un promedio de 25,000 kilos por hectárea, lo que equivale a unas 5,435 quintales en total. La mayoría de esta producción se destina a la elaboración de una variedad de vinos de alta calidad, mientras que el resto se consume localmente.

El valle alto se beneficia de un clima seco, vientos y altitudes que superan los 2.800 metros sobre el nivel del mar, factores que contribuyen a la producción de uvas de calidad y vinos de altura altamente valorados en el mercado internacional. A pesar de enfrentar desafíos como la falta de agua y la necesidad de tecnología más avanzada, los vitivinicultores de esta región han logrado un progreso notable. Su éxito ha inspirado a agricultores de otras partes de Cochabamba a seguir su ejemplo y promete un futuro brillante para la industria vitivinícola de la zona.

Con información de Los Tiempos