Qué negocio va a explotar y por qué la innovación «mata» teletrabajo

Hombre con laptop, matero decorativo, taza de café

Llegó la pandemia de coronavirus y el escritorio de trabajo se mudó de la oficina al hogar. En los casi cuatro meses que lleva Argentina dentro del periodo de aislamiento, la vida diaria de millones de personas dio un vuelco de 180 grados.

Del viejo «De casa al trabajo y del trabajo a casa», se mutó a un «Yendo de la cama al living», aunque lejos estaba Charly Garcia de referirse al Home Office. La irrupción del COVID-19 pudo ser minimizada en muchas industrias gracias al avance de la Nube, videollamadas y conexiones a internet 24/7. Los argentinos, por su parte, se adaptaron rápidamente al nuevo panorama.


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De acuerdo a un informe de Adecco Argentina, para el 56% la modalidad home office fue algo totalmente nuevo. Asimismo, más de la mitad (51%) continuaría trabajando desde sus hogares, mientras que el 12% respondió de manera negativa. En tanto que el 37% no tuvo la posibilidad de hacer home office durante la pandemia.

Si pudieran elegir cuántos días desempeñarse desde casa y cuántos desde la oficina:

Un 43% asistiría a la empresa sólo dos o tres veces por semana
El 22% haría home office todos los días
Un 14% trabajaría en la oficina todos los días
El 5% iría sólo una vez por semana
El resto (16%) tiene puestos no compatibles con el empleo remoto
Los números dejan en claro que, por un lado, los argentinos le tomaron «el gustito» a esta nueva modalidad. Por otro, que los meses venideros no marcarán el final de las oficinas ni mucho menos.

Si bien hoy los grandes espacios corporativos de Capital Federal se encuentran prácticamente vacíos, por restricciones al movimiento de personas en las calles, el mercado de Real Estate local ya se mueve para adaptarse a lo que viene.

No se pierde, se transforma
Los especialistas coinciden en algo: lo que viene está lejos de marcar la muerte de la oficina. Lejos de los conceptos apocalípticos, aseguran que el contexto actual abre la posibilidad de nuevos negocios. En este sentido, trazan un panorama no conservador, pero sí realista, de lo que la «nueva normalidad» exigirá a los espacios de trabajo.

Hoy, la tasa de vacancia en oficinas Triple A ronda el 7% en Buenos Aires. A pesar de la crisis y el COVID-19, no se espera que ese número se dispare: se baraja una cifra cercana al 10%.

Alex Sakkal es cofounder y director comercial de Nómada, una de las desarrolladoras detrás del boom inmobiliario de Parque Patricios, con clientes de la talla de Mercado Libre, ICBC, Ford, Huawei y Bapro, entre otros.

En diálogo con iProUP, el ejecutivo asegura: «En lo que refiere al mercado corporativo, orientado a las grandes compañías, el impacto de la pandemia no se sintió tan fuerte, ni en la cobrabilidad ni en el pricing de las oficinas».

De cara a lo que viene, Sakkal destaca: «Definitivamente, los espacios de trabajo se reconvertirán, con oficinas menos ‘transaccionales’ y más ‘vinculares’». Según su visión, la transición hacia la nueva normalidad va a forzar a los desarrolladores «a cambiar la tipología y la propuesta de valor».

«Hay industrias que requieren de interacción, vínculos, de espacios que fomenten la sinergia, como la de la Economía del Conocimiento. Esas organizaciones necesitan de espacios vinculares para promover innovación», añade el CCO de Nómada, y advierte: «Tratar de innovar teletrabajando es muy complicado. Las barreras de usabilidad son muy altas como para que uno pueda tener una reunión de brainstorming efectiva a través de Zoom».

Otro problema subyace bajo la aparente bonanza del home office: «Hay estudios que dicen que en la medida que uno no tiene amigos en el trabajo, no genera afinidad con la firma. Un empleado que se suma ahora es muy difícil que se sienta parte de la compañía, con un onboarding (incorporación) digital y participando de dos reuniones por semana, porque no se vincula con nadie», explica.

Antes de la nueva normalidad y la incorporación más orgánica del teletrabajo, habrá un período de transición que podría demorar años

Ezequiel Camps es director de Intecons, una de las mayores desarrolladoras y gerenciadoras de proyectos inmobiliarios del país. Protagonista del boom del denominado «corredor Panamericana» con los proyectos de la ex Fábrica Philips (donde tiene su headquarter Mercado Libre), revela a iProUP que, antes de la llamada «nueva normalidad», que puede demorar años, está el periodo de transición.

En ese sentido, sostiene que el día 1 de la vuelta a las oficinas «será con los mismos escritorios y salas. Las empresas no van a gastar en mudanzas, layouts ni en nada raro».

La solución, explica, seguramente sea la más simple: un escritorio que se ocupa, otro que no y, al menos, un metro y medio entre personas. Esto, por un lado, significa que muchas grandes firmas mantengan sus metros cuadrados; al mismo tiempo, al no saber con certeza cómo sigue la pandemia, evita incurrir en gastos que puedan ser innecesarios.

«Cuando todo esto pase y se arme un layout nuevo, la densidad de personas por metros cuadrado se va a leer apretada. Lo que antes se leía como eficiente, ahora se va a leer como de riesgo o en contra de las recomendaciones sanitarias», revela el ejecutivo.

Así, Camps imagina que, lo que se viene es mayor espacio para cada puesto de trabajo y, al mismo tiempo, que se pierdan algunas áreas y se sumen otras: sin restaurantes operativos, es probable que se necesiten comedores nuevos, adaptados a las nuevas exigencias sanitarias y diseñados para albergar a un menor número de empleados.

En el caso de HIT, Uri Iskin, CEO de su división Cowork, revela el panorama actual del negocio de la empresa, que va desde los espacios de coworking al desarrollo y alquiler de oficinas privadas para fintech como Naranja X y la brasileña Nubank, Accenture y Sancor Seguros. El ejecutivo sostiene que los esquemas flexibles ganarán relevancia.

Anticipa un gran potencial en un nuevo tipo de desarrollo: «En lugar de usar una oficina central, las empresas tal vez puedan apostar por oficinas policéntricas, distribuidas en toda la ciudad. Eso permite reducir el commuting, el viaje de casa al trabajo, ya que ganó valor el ‘no traslado’».

Desde Jones Lang Lasalle (JLL), una de las firmas de servicios inmobiliarios más grandes del mundo, aseguran que el mercado de espacios de trabajo flexibles crecerá al 30% anual en los próximos cinco años y que este negocio se convertirá en el nuevo boom.

Para Iskin, la pandemia aceleró ese desarrollo: «Las soluciones flexibles crecerán ya que las empresas van a buscar plataformas híbridas que requieran de mayor flexibilidad de lo que el mercado tradicional pueda ofrecer. Eso hará que explote el mercado de oficinas flexibles e, incluso, el de coworking».

Con empleados trabajando desde sus casas y la oficina en plena transformación, el concepto de «space as a service» promete ganar relevancia de la mano de la ocupación de espacios «a demanda», o «pago por lo que necesito».

El nuevo epicentro
El aislamiento prolongado tuvo además otros efectos sobre los trabajadores argentinos. Por un lado, prácticamente todos los estudios reflejan el valor que se da al hecho de no tener que viajar todos los días al trabajo. Por otro, empieza a florecer un nuevo (o viejo) concepto: alejarse de los epicentros urbanos para ganar no solo en calidad de vida, sino también laboral.

El fenómeno va acompañado de una tendencia que ya se venía manifestando en los últimos años: los últimos reportes trimestrales para el mercado porteño del gigante estadounidense Cushman & Wakefield muestran cómo el epicentro corporativo dejó de ser la «City» para moverse hacia el corredor norte.

Hoy, el punto neurálgico está en el residencial barrio de Nuñez y, poco a poco, tomará un carácter más suburbano. «Ves que el mercado se va alejando del centro para afuera. Gerentes y directores necesitaban una razón para irse y esta es una, sumado a lo que es la red de transporte público y el tiempo que se desperdicia viajando», apunta Camps.

El corredor norte ahora será el espacio más valioso de la Ciudad, en lugar de Catalinas y otras zonas céntricas
«Antes lo más valioso era Catalinas y ahora es el corredor norte. La transición es algo lenta por los tiempos de obra y por el financiamiento», explica Sakkal. Revela que la firma hoy se concentra en dos polos con gran potencial: el ya consolidado Parque Patricios y Palermo, donde proyectan un nuevo espacio de oficinas en Santa Fe y Bullrich, «la esquina más conectada de Buenos Aires».

La «descentralización» de los espacios de oficinas, producto de las nuevas planificaciones post pandemia, no significa la muerte del micro y macrocentro. «¿Te imaginas esos rascacielos vacíos? Van a seguir existiendo», sostiene Iskin. Aclara que «las nuevas soluciones de desarrollo, que permitirán espacios de trabajo más cerca de las casas, no van en detrimento del uso de la City».

«Siempre valdrá la pena tener nucleadas a empresas y servicios ya que la cercanía es importante. Seguirán proliferando proyectos pero con puntos mejor distribuidos», dice el CEO de HIT Cowork.

Oportunidad para otros negocios
Camps revela que en los últimos meses creció fuerte el interés por un mercado que estaba muerto hace muchos años: el de «casas de fin de semana y veraneo». La tendencia, que se ve reflejada en múltiples informes, es alejarse de los centros urbanos gracias al fenómeno del teletrabajo.

«El impacto se verá en 3 meses por las escrituras, hay mucho interés de compradores de Capital», añade, y explica que el ‘veraneo’ no se refiere a 15 días de vacaciones de adultos sino a 3 meses de los chicos.

No se trata de una simple apuesta por esparcimiento. La pandemia reconfiguró lo que se piensa como espacio de vivienda y aceleró la búsqueda de espacios más grandes y verdes. Asimismo, con las nuevas modalidades de trabajo flexible, se viajará menos y podrá disfrutarse más de la comodidad de un hogar mejor preparado para lo que viene.

En el caso de HIT, la cuarentena impulsó la creación de nuevos negocios como «HIT en casa», una solución diseñada especialmente para sus clientes que recrea el contexto de oficina en una casa: así, envían sillas ergonómicas, herramientas virtuales y elementos necesarios para el trabajo remoto. Todo, en un esquema de membresía que prometen expandir a nuevas soluciones.

El COVID-19 reconfiguró todo lo conocido hasta ahora. El Real Estate ya piensa en lo que viene y, lejos del pánico, ya diagrama las oficinas del futuro, en una urbe que promete expandir sus opciones, adaptadas a la «nueva normalidad» que se viene.

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