El consumo sostenible conlleva a elaborar mejores estrategias

Más allá de quienes radicalizan sus posturas y plantean un rechazo absoluto hacia la cría de animales para consumo humano, hay un mercado global que demanda eficiencia y certificaciones que confirmen el cumplimiento de las buenas prácticasEn el caso de la producción pecuaria se cuestiona el balance de carbono, ya que cuando la vaca rumia emite oxido nitroso y metano, que son gases de efecto invernadero muy contaminantes para el medio ambiente.

A nivel mundial se calcula que la agricultura y la ganadería juntas producen el 30% de los gases efecto invernadero, pero estos estudios sólo toman en cuenta la emisión y no contemplan la captura de carbono de los pastizales, por eso es importante avanzar con las investigaciones que calculan qué secuestro de carbono se logra en los distintos ambientes ganaderos tales como los biomas boscosos, los pastizales, las sábanas, los arbustales, donde la Argentina tiene una ventaja competitiva que luego deberá respaldar con estudios científicos.


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Adrián Bifaretti, jefe del Departamento de Promoción Interna del Instituto de Promoción e la Carne Vacuna (IPCVA), aseguró a Ámbito que la sustentabilidad debe analizarse desde el lado de la demanda. “Cuando uno ve que países desarrollados como Estados Unidos o incluso China ya tienen declaraciones de carne sustentable y se vuelven cada vez más exigentes al elegir importaciones, eso nos obliga a trabajar profundamente la temática”.

Los cuestionamientos llegan por la emisión de gases de efecto invernadero y cobran mayor notoriedad en la opinión pública cuando se sufren las consecuencias a través del cambio climático y las catástrofes ambientales. Por eso es determinante realizar trabajos con base científica para contar con información certera acerca del rol que cumple la actividad en términos de sustentabilidad ambiental. Bifaretti explicó que “por ahora los mecanismos que se utilizan para medir no tienen amplio consenso, de hecho un trabajo que realizó la FAO recientemente debió corregirse. Y por otra parte muchas mediciones se hacen tomando modelos que no responden a nuestra realidad productiva”.

En la Argentina más del 80% de las tierras son de pastoreo, pero si se deforestaron hectáreas para hacer ganadería o si se quemaron pastizales -se emite óxido nitroso- el balance de carbono va a ser negativo. Por eso, explica el especialista del IPCVA, “queremos trabajar herramientas que a largo plazo nos permitan dejar mejor posicionada a nuestra ganadería, que es sustentable porque la mayor parte de la producción esta ubicada en pastizales naturales o praderas”.

Los sistemas ganaderos de nuestro país tienen un potencial enorme. Si avanzamos en la certificación con aval científico podremos decir que no sólo vendemos carne sino que estamos en condiciones de generar créditos de carbono. Tener un perfil ambiental positivo nos dará ventajas competitivas y por eso desde el IPCVA convocan a todo el sector al seminario que se realizará el 7 de septiembre, denominado “Carne Argentina, Carne Sustentable”, donde se presentará un informe que asegura que la ganadería no es parte del problema sino que es parte de la solución”.

Desde el sector empresario, hay quienes ya dieron los primeros pasos. El Frigorífico Logros, ubicado en Río Segundo (Córdoba), presentó un trabajo realizado junto al INTA e INTI con el que apunta a generar una Declaración Ambiental de Producto, que certifique la sustentabilidad y respalde las oportunidades de negocio. Las crecientes exigencias en materia de sustentabilidad, potenciadas por la pandemia de covid-19, obligaron a todo el sector productivo a repensar estrategias para competir exitosamente. Los consumidores están mucho más sensibilizados y eso quedó demostrado en el último Informe de Sostenibilidad Retail, del IBM Institute for Business Value, que asegura que las empresas tendrán que orientarse mucho más a los consumidores, quienes buscan empresas alineadas con sus valores e investigan a las marcas que consumen, aceptando incluso un alza en los precios de productos que respetan el medio ambiente. Los consumidores están cada vez más dispuestos a cambiar la forma en que compran, viajan o donde realizan inversiones personales debido a factores de respeto ambiental. Nuestra carne, aunque sea de las mejores del mundo, no va a poder escapar a esas reglas de juego.

 

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