De acuerdo al portal de noticias Memo, El precio de comer subió en Argentina 8 veces más que en Latinoamérica, y esto se debe al alza de los alimentos que crece día a día sin cesar, además que la creación de los Programas como Precios Justos, no han sido un indicativo clave para la recuperación del bolsillo ciudadano, todo encarece y los salarios congelados en el transcurso del tiempo.
Un solo dato describe la cruda realidad a la que los argentinos parecemos acostumbrarnos y que el mundo mira con asombro: por qué aceptar que todo aumente (y sobre todo, la alimentación) en forma permanente.
Un dato aportado por el economista Juan Manuel Garzón en Twitter debería ser lo suficientemente elocuente como para comprender la mansedumbre con la que los argentinos aceptamos que los precios de los alimentos se eleven tanto y constantemente.
Garzón contó:
– «En enero la tasa de inflación en alimentos y bebidas en Argentina fue casi 8 veces más alta que en Latinoamérica (6,8% vs 0,9%)».
«El problema no es solo la brecha de tasas (escandalosa), sino que la aceleración que muestra la inflación en Argentina no se observa en la región».
Los gráficos del tema:
Leer también: Cómo prefieren trabajar los argentinos en verano
¿Y febrero?
Garzón indicó, además, que «febrero luce complicado considerando la fuerte suba de la carne bovina, que no fue prácticamente captada en el índice de enero». Por otra parte, continúa haciéndose recorridos por diferentes puntos comerciales, donde se puede percibir que hay comercios que prefieren no comercializar con la carne, para no perder ante la inflación que desde hace un tiempo azota a la Argentina.
Sin embargo, Garzón aregó al respecto que «el Gobierno está subestimando los riesgos que corren la economía y la cohesión social con estas tasas». Esto sin duda alguna, pone a los argentinos en una situación incómoda al momento de hacer sus rutinarias compras para poder comer.
