«Tipflation or tip creeping», la fatiga de las propinas ha sido un tema de moda en los medios y ha provocado debates enojados en las redes sociales durante casi un año. Los argumentos ahora parecen centrarse en dos fenómenos diferentes: «tipflation» y tip rastring. Informa RetailWire
Tipflation se refiere a las crecientes expectativas con respecto a los porcentajes aceptables de propinas. La etiqueta de propinas tradicional antes de la pandemia requería que los clientes dieran a sus meseros en los restaurantes sentados un 15 a 20 por ciento adicional, antes de impuestos. Los consumidores dieron generosas propinas durante la pandemia para apoyar a los restaurantes afectados por las restricciones de la pandemia.
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Otra razón para inflar las propinas es el uso de máquinas de punto de venta de Toast, Square, Clover y otras que automáticamente solicitan propinas. Muchas de las tabletas con pantalla táctil ofrecen opciones de propina en el rango del 15, 20 o 25 por ciento de la factura después de impuestos, pero algunas comienzan con una opción predeterminada del 25 por ciento.
La propina progresiva, por otro lado, se refiere a la creciente variedad de servicios que ahora esperan una propina de los clientes. Se ha vuelto más común recibir una solicitud de propina no solo en las cafeterías y otros lugares de comida rápida, sino también en el mercado de agricultores, el taller de automóviles, las tiendas minoristas y en otros lugares.
Muchos consumidores se sienten empujados o culpables a dar propinas por las solicitudes automáticas de propinas de los dispositivos POS.
“De repente, estas pantallas están en todos los establecimientos que encontramos”, dijo el experto en etiqueta Thomas Farley a The Associated Press. “También están apareciendo en línea para pedidos en línea. Y temo que no haya final.”
Algunos argumentan que las propinas solo benefician a los trabajadores con salarios más bajos, pero otros sienten que las ocupaciones que ganan el salario mínimo regular o más, como los baristas, no deberían esperar propinas. El profesor de la Universidad de Cornell, Michael Lynn, que estudia el comportamiento del consumidor, le dijo a CBS News: «Me siento obligado a dar propina a los meseros, pero a los demás no me siento obligado, pero a menudo doy propina si han ido más allá».