Los asociados de Walgreens han aparecido en las noticias en las últimas semanas por negarse a vender anticonceptivos recetados y de venta libre a los clientes debido a sus objeciones religiosas.
Una mujer que visitaba un Walgreens en Wisconsin mientras estaba de vacaciones con su esposo fue a la tienda a comprar algunos productos, incluida una caja de condones. El asociado que trabajaba en la caja registradora dijo que registraría todos sus artículos, excepto los condones, porque hacerlo entraría en conflicto con su fe.
La clienta, Jessica Pentz, informa el Star Tribune , “miró conmocionada a un extraño de mediana edad que le decía que sus opiniones personales prevalecían sobre sus derechos constitucionales”.
El asociado llamó a un gerente para completar la transacción mientras “se alejaba con una sonrisa” por el intercambio.
La política de Walgreens para tales asuntos confirma que el trabajador tenía derecho a negarse a completar la transacción y que siguió el protocolo adecuado (sin la sonrisa de satisfacción) al entregar la transacción a un compañero de trabajo.
“La política de nuestra empresa permite que los miembros del equipo dejen de completar una transacción a la que tienen una objeción moral y remitan la transacción a un miembro del equipo o gerente que completará la solicitud del cliente”, dijo un portavoz de Walgreens al Star Tribune .
Otro incidente reciente de Walgreens, esta vez que involucró a una mujer joven que buscaba volver a surtir una receta de píldoras anticonceptivas, puede haber violado la política de la cadena.
Una joven llamada Abigail Martin explicó en TikTok que ha estado tomando anticonceptivos orales durante seis años y que le faltaba uno de los cuatro resurtidos restantes de su receta.
Ella describió el encuentro.
“Cuando le dije para qué estaba allí, mi control de la natalidad, me miró de arriba abajo y me dijo: ‘Está bien, disculpe’. Luego dice: ‘Sí, no vamos a volver a surtir esa receta. Tienes que llamar a tu proveedor’ y le dije, no lo recargarás o no lo puedes recargar. Y ella dice, ‘solo necesita llamar a su proveedor’”.
La Sra. Martin llamó a su proveedor, quien volvió a confirmar la receta con Walgreens.
La Sra. Martin llamó a la farmacia y habló con una mujer que dijo que le surtirían la receta antes de confirmar que la denegación de servicio de anticonceptivos femeninos se había convertido en un problema en la tienda en las últimas semanas.
“Entonces, primero, quieren que dejemos de quedar embarazadas y de tener abortos”, dijo la Sra. Martin, “y luego no quieren ayudarnos a prevenir ese embarazo”.
