Uruguay se enfrenta a un escenario económico desafiante marcado por la persistente crisis de inflación a nivel global y las consecuencias de conflictos internacionales, como el ataque terrorista de Hamás en Israel y el conflicto en Ucrania. La economía mundial se encuentra en un territorio inexplorado debido a un aumento de la inflación que ha llevado a un endurecimiento de la política monetaria en los principales países desarrollados.
Estados Unidos, la principal economía global, lucha por contener la inflación y mantiene tasas de interés elevadas, alcanzando niveles no vistos desde hace años. Sin embargo, el país norteamericano afronta un alto déficit fiscal, lo que ha llevado a una pérdida de la máxima calificación crediticia por parte de las agencias calificadoras.
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En este contexto, surge la pregunta de cómo se encuentra Uruguay en el nuevo entorno de tasas de interés globales en alza. El país exhibe una gestión de deuda sólida, con el 95% de su deuda en títulos a tasa fija, lo que mitiga el impacto inmediato del aumento de las tasas. Además, Uruguay mantiene un perfil de vencimientos de largo plazo y solo el 45% de su deuda está denominada en moneda extranjera, lo que lo protege de las fluctuaciones del mercado internacional.
Sin embargo, el aumento significativo de la deuda uruguaya en relación al PIB debido al déficit fiscal y la pandemia ha incrementado la carga de intereses en el presupuesto del Estado. Con tasas de interés globales en ascenso, los costos por intereses podrían aumentar, ejerciendo presión sobre los recursos futuros del Estado. Es esencial abordar la situación fiscal y económica de manera responsable para mantener la estabilidad financiera y el grado inversor del país en el largo plazo.
Con información de Nicolás Lussich de Ámbito
