Nueva “apertura” en sistema de pagos, ¿llegará con un beneficio de precio para el consumidor uruguayo?

Compre sin IVA

Según publica el portal El País.com.uy el Banco Central (BCU) habilitó el proceso denominado multiadquirencia, el que permite que los comercios tenga un único contrato con los diferente sellos de tarjetas de crédito, pero ¿qué impactos trae para las empresas y para los consumidores?

El nuevo marco de funcionamiento para el sistema de pagos, el cual entró en vigencia a partir del 1° de septiembre, estaba dentro de las iniciativas que el BCU fijó en su Hoja de Ruta para 2021 y 2022. En esta “bitácora” se incluían la apertura de multiadquirencia, inserción de transferencias instantáneas, cheques electrónicos y digitalización de cheques.


Banner_frasco-suscripcion-800x250

Además, se proponía el trabajo sobre banca abierta y la moneda digital.

Según el socio de CPA Ferrere, Simón Waisrub, estas iniciativas convergen en que “todas las personas tengan acceso al sistema de pagos”, en las cuales el Central está “cumpliendo su Hoja de Ruta”.

El contrato que acuerdan las empresas “adquirentes”, aquellas autorizadas a ofrecer a los comercios y servicios el mecanismo para procesar los referidos medios de pago, según explica el BCU, podría traer diferentes impactos en los comercios y, por ende, en los consumidores finales.

Debido a la apertura de competencia entre adquirentes y la eficiencia en costos que esto generaría, según Waisrub el “gran impacto” que se espera es que, al haber mismo adquirente que ofrece los mismos sellos que el resto, la oferta se equipara repercutiendo en los precios que los adquirentes les cobren a los comercios.

“La competencia en costos debería ser relevante en beneficio, en principio, de los comercios directamente. Hay que ver hasta qué punto le llega al consumidor final, cómo lo trasladan”, afirmó a El País.

A su vez, señaló que desde el punto de vista de la economía en general, del bienestar general del país, sí puede haber mayor acceso a comercios que hoy no aceptan tarjeta y con esta eficiencia de costos pueden incorporarse al sistema de pagos.

“Eso también hace que se formalice un poco más la economía”, agregó.

Además de la competencia y la baja en los costos para los comercios, el socio de CPA Ferrere dijo que, si “ahora todos ofrecen lo mismo”, los adquirentes incorporarían servicios para posicionarse mejor en la competencia con el resto. Por ejemplo, indicó que el multiadquirente podría ofrecer conciliaciones de pagos, más ordenados y conciliados, bajando así también costos administrativos para el comercio.

En tanto, ya con vistas más al futuro, para aquellos adquirentes que pertenecen al mismo grupo económico que los bancos, Waisrub dijo que, a pesar de que un adquirente no puede compartir los datos de sus clientes por cuestiones regulatorias, “sí puede tener un acuerdo por cuenta y orden de un tercero, dado que tiene todos los flujos de ventas de ese comercio”.

En este sentido, señaló que puede ofrecer instrumentos de financiamiento o adelantos de flujos.

Por su parte, el director de IT Advisory de KPMG Uruguay, Marcelo Cagnani, señaló que para las empresas adquirentes han sido un desafío los “grandes temas” como los “fees (tarifas), POS, procesos, manejo de información. El gran beneficiado es el comercio pero aquellas empresas que han planificado esto y trabajado fuertemente pueden desarrollar nuevos negocios”.

Por otro lado, mirando a los consumidores, si bien no hay un beneficio directo porque hay que ver si efectivamente se traslada la baja de costos operativos de los comercios, Waisrub explicó que en otros mercados en relación a las empresas POS, hay servicios “más digitales” en los que se cuentan con más funcionalidades como digitar la propina, brindar el correo electrónico para recibir el recibo digital y así ahorrar el papel, entre otros mecanismos que hacen “más empático el pago”.

Del mismo modo, otra posibilidad para el consumidor es el “beneficio indirecto” en el que se le provea opciones de financiamiento en función de su conducta de pago.

Teniendo la información de cómo paga, cantidad de cuotas, entre otra información, empezarían a “mezclarse los negocios”, siempre teniendo en cuenta la Ley de Protección de Datos Personales.

En tanto, un impacto “negativo” que podría acarrear esta apertura es si el multiadquirente tiene problemas operativos.

“Si se le cae el sistema. Ahí, en general la tecnología tiene los avances para que eso no pase, pero puede llegar a pasar, que es un punto en contra con el sistema anterior, donde si se caía un adquirente tenías a los otros”, afirmó.
Cripto

En cuanto a la intención de abrir los “cuellos de botella” por parte del BCU, esta habilitación a la multiadquirencia podría funcionar como la “antesala” de una integración de pagos con criptodivisas.

En este sentido, Waisrub señaló que, como hay sellos de tarjetas físicas o digitales, también podría el adquirente lograr el acuerdo de adquirir pagos con criptomonedas, si el pos lo permite.

Asimismo, explicó que las transacciones con criptoactivos no son “tan rápidas” como con los medios de pagos actuales, ya que deben corroborarse la información en una base de datos distribuida, como lo es la blockchain, ocasionando que la transacción se demore.

“Ese es uno de los problemas de pasar a pagar con criptomonedas en lugar de dinero fiat” concluyó,