Los desembolsos de Estados Unidos en Uruguay

Según publica el portal  Montevideo.com se cumplen 70 años del acuerdo de asistencia de defensa mutua. Los datos muestran que 52% del gasto en las últimas dos décadas fue militar.

Quizá, los casos más visibles de los vínculos militares entre Uruguay y Estados Unidos en los últimos años son estos:


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En 2014, Uruguay recibió a seis exprisioneros de Guantánamo, en forma de ayuda humanitaria, enviados por el gobierno de Estados Unidos.

Ese mismo año, cinco familias sirias llegaron a Uruguay como parte de un contingente de refugiados en el Líbano en el marco de un plan para las personas que huyen de la guerra civil.

Aunque también sucedieron, suceden, situaciones como estas, que no son estrictamente militares, pero se enmarcan en una relación de cooperación estratégica:

Desde 2007, según la Embajada de Estados Unidos, se han donado US$ 15 millones en ayuda humanitaria a lugares como la Clínica Chapicuy (Paysandú), la Colonia Etchepare (San José) o la policlínica de Santa Catalina (Montevideo).

ASSE tiene registro de tres donaciones a este último centro de salud: una fue en 2007, cuando el Fondo del Comando Sur de la Embajada de Estados Unidos financió la construcción de la policlínica de Santa Catalina (que tuvo un costo de US$ 700.000); la segunda fue en 2020, cuando se donó un equipo desfibrilador automático externo con destino a la policlínica Santa Catalina; y la tercera fue en 2021, cuando se donaron equipos de protección personal y un ecógrafo (US$ 15.000).

En 2014, el expresidente José Mujica se reunió con Barack Obama en la Casa Blanca para fortalecer los lazos entre los países.

Tabaré Vázquez, otra de las figuras de izquierda clave de los últimos 20 años, le pidió ayuda diplomática al expresidente George W. Bush en 2007 durante el conflicto con Argentina por la instalación de Botnia en Fray Bentos. Según el libro Tabaré Inédito, de Gabriel Pereyra, el norteamericano respondió: “Les podemos dar un susto a los guapitos de acá en frente”.

Durante su mandato como ministro del Interior, el fallecido Jorge Larrañaga solicitó el regreso de la DEA (Administración para el Control de Drogas) a Montevideo para reestablecer un combate en conjunto contra el narcotráfico en la región.

En 2022, Estados Unidos donó tres guardacostas Protector de la Guardia Costera a la Armada de Uruguay, valuados en US$ 8,69 millones.

El 4 de abril de 2022, según la versión taquigráfica del Senado, se discutió el ingreso de personal de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos al país, generando posteriormente una polémica pública. Allí, el ministro de Defensa, Javier García, declaró: “Los antecedentes que tengo datan de 1999 y van hasta el 2018 con diferentes características, pero básicamente con el mismo tipo de contraparte de los Estados Unidos”.

Todavía más actual, durante los últimos días de marzo 2023, Javier García visitó Estados Unidos y mantuvo encuentros con varias autoridades del país para avanzar en cooperaciones relacionadas con las Fuerzas Armadas.

Ese mismo día, el Semanario Búsqueda informó que David Cohen, una de las figuras más relevantes de la CIA, visitó Uruguay para analizar el trabajo en conjunto de ambos países con respecto al crimen organizado.

Uruguay recibirá legisladores americanos para iniciar negociaciones

A comienzos de abril, Uruguay recibirá legisladores americanos para iniciar negociaciones sobre acuerdos comerciales, informó el diario El País. Si los diplomáticos uruguayos lo solicitan, se discutirá la posibilidad de que la DEA regrese a Uruguay.

Este 2023 se cumplen 70 años desde que Uruguay y Estados Unidos aprobaron un acuerdo de asistencia en defensa mutua. Se firmó en Montevideo el 10 de setiembre de 1952, pero entró en vigencia un año después.

De 2001 a 2022, según datos de la oficina de Asistencia Exterior (Foreign Assistance) procesados por Montevideo Portal, el 52% de los desembolsos de Estados Unidos a Uruguay fueron de carácter militar, aunque el año pasado no esté completamente contabilizado todavía.

Todo ese dinero, casi US$ 13 millones (US$ 12.960.765 exactamente), se invirtió en programas de educación o capacitación para enfrentar las amenazas del país que, en cierta medida, también amenazan al mundo: narcotráfico (principalmente a puertos europeos), contrabando, tráfico de personas, pesca ilegal extranjera en aguas exclusivas uruguayas.

Sin embargo, aunque parezca lejano, también se financian entrenamientos, por ejemplo, contra el terrorismo. O capacitaciones sobre la protección de los civiles, que son especialmente útiles para las misiones de paz de las Naciones Unidas de los cascos azules uruguayos en el Congo.

Jared Wilhelm, jefe de la Oficina de Cooperación de Defensa de los Estados Unidos en Uruguay, considera que “no es comprar misiles y tanques para ir a invadir otro país; es equipo para ayudar a garantizar la paz”. Para los Estados Unidos, parte de su misión es ser fuerzas de paz en el mundo.

¿Qué es garantizar la paz, según Estados Unidos? Controlar las amenazas de guerra, la inestabilidad en la democracia y todas las misiones militares que Uruguay esté haciendo en el mundo.

En una entrevista en Primera Mañana, de El Espectador, el ministro García dijo: “Nuestras amenazas coinciden con las amenazas que tienen el resto de los países, que tiene Estados Unidos también: narcotráfico, terrorismo, lavado de activos. Una tríada que va atada de la mano (…) coinciden con muchos de los temas de la agenda de Estados Unidos a nivel transnacional”.

Wilhelm sostiene que la fuerte inversión de Estados Unidos en el Ejército es una realidad económica de su país, y que se remonta a su “fundación como líder mundial desde las diversas Guerras Mundiales hasta hoy”. Y agrega: “Entonces, no creo que sea nada negativo o belicoso”.

La estabilidad de Uruguay

El hecho de que la contribución estadounidense a Uruguay sea, en su mayor parte, militar, puede significar que Uruguay tiene un mayor desarrollo en áreas no militares. “Si tuviéramos un desarrollo humano bajo, Estados Unidos seguramente brindaría más cooperación socioeconómica”, explica Santiago Arca Henón, magíster en estudios de seguridad de la Escuela Naval de Postgrado de Estados Unidos.

Aunque, hasta ahora, solo se ha contabilizado completamente un año de la presidencia de Luis Lacalle Pou, el actual presidente realizó actividades militares en conjunto con los Estados Unidos que otros gobiernos no hicieron.

Ejemplos de esto son recibir un barco de la Guardia Costera para entrenar a los militares uruguayos contra la pesca ilegal o reanudar los ejercicios navales de Unitas después de 15 años de no participar.

El financiamiento ha ocurrido durante todos los gobiernos desde 2001, independientemente del presidente o partido político en Uruguay, según los datos de la Oficina de Foreign Assistance de Estados Unidos.

De hecho, aunque a partir de 2013 el Banco Mundial clasificó a Uruguay como un país de “altos ingresos”, los presupuestos de cooperación entre los países no se redujeron significativamente, ni hay una tendencia que lo demuestre.