La economía uruguaya: retos y perspectivas en un entorno desafiante

La economía uruguaya enfrenta un escenario desafiante marcado por una nueva revisión a la baja en las proyecciones de crecimiento para 2023. Según la última encuesta de expectativas del Banco Central del Uruguay (BCU), los analistas consultados recortaron su estimación de crecimiento para este año, situándola en alrededor del 0.8%, una disminución significativa en comparación con las expectativas anteriores que alcanzaban el 2.5% a principios de año y el 3% en septiembre de 2022. Esta reducción se atribuye a factores como la sequía, la finalización de importantes obras de infraestructura y el desvío de demanda hacia Argentina debido a diferencias de precios.

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La economía uruguaya ha experimentado una contracción en tres de los últimos cuatro trimestres, lo que la llevó a entrar en una recesión técnica en la segunda mitad del año pasado. La sequía tuvo un impacto notable en la actividad agropecuaria y el sector de energía eléctrica. A pesar de que la economía aún se encuentra por encima de los niveles prepandémicos, no ha logrado acumular un crecimiento significativo durante 2022 y la primera mitad de 2023.

En cuanto al mercado laboral, se espera que el desempleo se mantenga en torno al 8% durante los próximos dos años, reflejando una relativa estabilidad en comparación con las cifras actuales. Por otro lado, la tasa de empleo, que mide la proporción de personas ocupadas en relación con la población en edad de trabajar, mostrará una leve mejora en el mismo período.

Las cuentas públicas enfrentan desafíos, con un déficit fiscal que se prevé en torno al 3.5% del PIB para 2023-2024, aunque con una leve mejora proyectada para 2025. Esto indica que el deterioro fiscal del último año no se revertirá por completo, y será necesario implementar medidas para cumplir con las metas fiscales.

En cuanto a la inflación, se prevé que se mantenga dentro del rango objetivo para el cierre de 2023, pero aumentará en 2024 debido a la normalización de los precios de frutas y verduras, la depreciación gradual del peso uruguayo y las presiones internacionales. La tasa de cambio, que ha experimentado una apreciación en los últimos meses, se espera que se deprecie gradualmente en los próximos años.

Para estimular la actividad económica, se espera que el Banco Central de Uruguay continúe reduciendo su tasa de política monetaria, lo que contribuirá a mitigar las presiones bajistas sobre el tipo de cambio y fomentará el consumo e inversión.

En resumen, la economía uruguaya enfrenta desafíos importantes, pero también presenta oportunidades para la recuperación. La revisión a la baja en las proyecciones de crecimiento es un recordatorio de la necesidad de abordar estos desafíos de manera efectiva para lograr un crecimiento sostenible en el futuro.

Con información de La Diaria