En Uruguay, el incremento alarmante de productos falsificados en tránsito ha generado un desafío creciente para las autoridades. Virginia Cervieri, presidenta de la Cámara de Lucha contra la Piratería y el Contrabando (Calpyc), informó un aumento del 50% en la entrada de productos falsificados en los últimos tres años, especialmente desde el auge de las compras online durante la pandemia de COVID-19.
Las incautaciones en 2022 superaron medio millón de productos falsificados, destacando textiles, juguetes, electrónicos y artículos de salud. Argentina, impulsada posiblemente por la crisis económica, ha emergido como un proveedor significativo de textiles falsificados, tanto para el mercado interno como para la región.
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El fenómeno ha evolucionado con falsificaciones más sofisticadas, donde se observa un cambio hacia la modificación de partes y logos, desafiando las medidas jurídicas tradicionales centradas en marcas registradas. La lucha contra la piratería se complica aún más por el aumento de la tecnología sofisticada utilizada en la producción de productos falsificados.
Aunque Uruguay se considera un país de tránsito para estos productos, la presidenta de la Asociación Uruguaya de Agentes de la Propiedad Intelectual, Agustina Fernández, señala que existe un mercado interno claro para productos falsificados, como camisetas de fútbol y componentes electrónicos.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades, las fiscalizaciones se han vuelto más complejas debido a la sofisticación de las tecnologías de falsificación y la prioridad en temas como el narcotráfico. Además, la piratería digital, alimentada por el auge del streaming, ha añadido una nueva capa de desafío.
Una transformación interesante se observa en la disposición de la mercancía falsificada incautada. Aunque la ley exige la destrucción, algunos proponen su reciclaje, generando nuevas materias primas. Sin embargo, la fiscalización en la era de las ventas online sigue siendo compleja, y las autoridades uruguayas se esfuerzan por mantenerse al día con este fenómeno en constante evolución. En este escenario, China emerge como un protagonista importante en las incautaciones mundiales, destacando la complejidad del problema a nivel global.
Con información de El País
