Según publica el portal cuba.eseuro, Funcionarios cubanos anunciaron el lunes que se permitirá la operación de empresas mixtas de propiedad extranjera en el comercio minorista e incluso totalmente privadas para mayoristas, un cambio en la posición del Estado de fuerte centralización en un momento en que las autoridades no dejan de revertir la escasez en el país.
“Queremos que estas medidas tengan un impacto inmediato en los problemas de desabastecimiento y ayuden a mejorar la oferta en tiendas en MLC (dólares) y moneda nacional”, explicó la Viceministra Primera de Comercio Exterior, Ana Teresita González, durante una presentación especial sobre televisión. la noche.
González indicó que el gobierno conseguirá socios extranjeros capaces de operar y abastecer cientos de tiendas que hoy se encuentran completamente vacías, luego de que la crisis provocara la escasez de alimentos, productos de limpieza y productos de primera necesidad que antes eran importados en su mayoría, pero ahora son inaccesibles por falta de divisas en las arcas del país.
González y la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz, han dicho en reiteradas ocasiones que las medidas de flexibilización no significarán el abandono de la política de monopolio de control estatal que ha seguido la Isla durante las últimas seis décadas en el marco de su modelo socialista.
Cuba nunca ha tenido un mercado de consumo muy grande, pero las necesidades básicas han sido cubiertas gracias a una factura de importación, especialmente de alimentos, que ronda los 2 mil millones de dólares al año.
En los últimos años, el estado se ha centrado en recaudar divisas a través del turismo y algunas exportaciones de servicios, pero descuidó la producción nacional de algunos bienes al importarlos.
Sin embargo, el efecto combinado de la pandemia del COVID-19, las limitaciones productivas del propio modelo y las sanciones impuestas por Estados Unidos para impulsar un cambio en el esquema político -y que en los últimos dos años se incrementaron dramáticamente- impactaron en la economía de la isla y su gente, obligándolos a hacer fila para adquirir bienes básicos.
Cuba cuenta con una libreta de abastos que se entrega a cada ciudadano desde que nace, en la que se les da leche, huevos, café, raciones de carne, azúcar, arroz, frijoles y pasta dental, entre otros productos fuertemente subsidiados, pero las cantidades fueron decreciendo, obligando familias a acudir a las llamadas tiendas en MLC —moneda libremente convertible—, en las que los precios equivalen a dólares. Hasta el momento, el Estado es el único propietario de estos establecimientos.
Los funcionarios dijeron que la política se relajará y que el mercado minorista puede tener socios extranjeros como administradores para formar empresas conjuntas.
Además, estos inversores extranjeros podrán operar como empresas totalmente privadas para los mercados mayoristas, una necesidad creciente de miles de empresarios que han abierto negocios privados, como restaurantes y pensiones, en el fuego de la progresiva apertura económica a las empresas privadas. . iniciativa de la última década.
Ni González ni Díaz dijeron si alguna vez se había hecho algún tipo de gestión con un canal extranjero.
Además, se buscarán socios para prefinanciar a los productores nacionales para que se conviertan en proveedores internos, y aunque se mantendrá el régimen estatal como monopolio del comercio exterior, se permitirá que algunas de las nuevas pequeñas empresas privadas cubanas -por ejemplo, TI- exportar directamente de forma excepcional.
