Cámaras de seguridad, sistemas de vigilancia infantil, termostatos, detectores de humos, fugas de gas y filtraciones de agua, alarmas de intrusión, cerraduras de puertas, decodificadores con diagnósticos de redes, Smart TV, medidores de consumo eléctrico, asistentes virtuales como Alexa, comandos de iluminación, persianas y electrodomésticos.
Día a día aumentan la cantidad y variedad de objetos físicos y dispositivos domésticos que incorporan sensores electrónicos, programas informáticos y diversas tecnologías con el fin de conectarlos e intercambiar datos con otros dispositivos y sistemas a través de la Red, en lo que se denomina ‘Internet de las cosas’ (‘Internet Of Things’ o Iot, por sus siglas en inglés).
Estos sistemas, que convierten nuestro hogar en un entorno inteligente y conectado, permiten optimizar servicios, funciones y tareas -desde ajustar la calefacción hasta encender el horno microondas o apagar las luces a ciertas horas- de manera automatizada o controlados mediante la voz o una ‘app’ móvil, aumentando la eficacia, el ahorro y la comodidad en nuestra casa.
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