Las clásicas distopías de las películas de ciencia-ficción del pasado, como “2001, una odisea del espacio”, presentaron a las máquinas “inteligentes” como posibles amenazas para el ser humano. La realidad ha sido, afortunadamente, bien distinta. Los programas capaces de aprender de sí mismos pueden servir hoy para resolver problemas complejos y para optimizar el tratamiento de grandes cantidades de información, como ocurre en las búsquedas de Google o en la gestión de las campañas de publicidad programática. A partir de aquí, las posibilidades de aplicación que se abren ante nosotros son prácticamente infinitas.
Un nuevo modelo
El machine learning supone un drástico cambio de paradigma: el paso del logaritmo inamovible a un sistema capaz de mejorarse constantemente a sí mismo; la transformación de una innovación tecnológica incremental a un nuevo modelo de mejoras exponenciales.
La rama de la inteligencia artificial que conocemos como machine learning permite, pues, que las máquinas aprendan por sí mismas, sin ni tan siquiera tener que estar programadas para ello. “Hasta ahora hemos dependido, fundamentalmente, de softwares algorítmicos, pero el futuro pasa, inevitablemente, por los programas de autoaprendizaje” señala Juan Manuel Parra, presidente de la Comisión de Publicidad Programática de IAB Spain y uno de los más grandes conocedores de esta tecnología.
“El ‘machine learning’ servirá para favorecer las creatividades dinámicas, capaces de adaptarse a las respuestas y necesidades de los consumidores”
Parra no tiene ninguna duda de sus posibilidades de aplicación en el campo del marketing y la publicidad: “El machine learning servirá para hacer más efectivas las campañas de las agencias, en asuntos tan importantes como la relevancia de las mismas o la amigabilidad en la recepción, favoreciendo que se puedan obtener los resultados esperados sin tener que reiterar innecesariamente los mensajes”.
Efectivamente, la aplicación de estas soluciones tecnológicas abre nuevos caminos en la personalización de la publicidad, permitiendo que puedan diseñarse creatividades dinámicas, que se vayan adaptando a las necesidades e intereses de los consumidores. Una nueva realidad, fascinante y compleja, que deberán explorar a fondo las agencias de marketing y publicidad y las marcas en los próximos años.
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