Tal y como destaca Jordi Damià, profesor de estrategia en EADA Business School y CEO de Setesca, la actual crisis de desabastecimiento viene provocada por la recuperación del consumo después de la pandemia y los estímulos que han ofrecido los diferentes países y bancos centrales para recuperar la economía. Del mismo modo, tal y como señala el experto, la otra gran causa es que se han creado tres grandes áreas económicas: China y su mercado comun, EEUU y sus aliados y Europa. China es donde durante años se ha concentrado la producción y actualmente está priorizando su propio mercado que a los de sus competidores
Desde hace varios meses se está viviendo una crisis de suministros provocada por los problemas en el transporte, el alza del precio de las materias primas y de la energía o la falta de componentes esenciales como microchips. Todo ello está trayendo consigo una situación muy compleja en la que entran varios factores. ¿Cuáles serán las consecuencias? ¿Qué sectores son los más afectados? ¿Cuál es el futuro previsible? Jordi Damià, profesor de estrategia en EADA Business School y CEO de Setesca, analiza el escenario actual.
Mejor encargar ya los juguetes, pues se irán agotando y subirán de precio
Inmersos en una de las temporadas más álgidas en lo que al consumo se refiere, en plena precampaña de Navidad el tejido empresarial se encuentra en una de las mayores crisis de suministros de los últimos años. Tal y como destaca Jordi Damià “hay empresas que han perdido todo el beneficio acumulado del año debido a la subida de la energía y de materias primas”. Incluso se ha llegado al extremo de empresas consumidoras de materiales como el acero, el papel o de electricidad que han decidido parar su producción, ya que están perdiendo dinero produciendo. Esta crisis está afectando a todos aquellas empresas que generen “producto de consumo masivo (tecnología, papel, acero, cobre, cemento, etc.…) y cuya producción esté centralizada en Asia”. Por esto, se está hablando del problema que puede haber este año con los juguetes. En este caso el experto señala “tendríamos que ser previsores y encargarlos cuanto antes, ya que se irán agotando y, no solo eso, subirán de precio a medida que vayan escaseando”.
Afecta a todas las empresas por igual, sin importar su tamaño
Esta situación está afectando a todas las empresas por igual, sin importar su tamaño. Es más bien un problema del tipo de producto que se utiliza. Si bien es cierto que que las pequeñas, suelen trabajar con márgenes más pequeños, por lo que tienen menos capacidad de absorber ese extracoste en su margen y padecen más.
Las causas de esta crisis las podemos encontrar según destaca el profesor en la la recuperación del consumo después de la pandemia y en los estímulos que han ofrecido los diferentes países y bancos centrales para recuperar la economía. La otra gran causa es que se han creado en el mundo de facto tres grandes áreas económicas (China y los países satélites, Estados unidos, reino unido, Australia y nueva Zelanda, y Europa ) y el bloque asiático. En la zona china es donde se ha concentrado durante años la producción y actualmente esta priorizando sus propios mercados más que los de sus competidores.
¿Cuál es el remedio?
“Lo inteligente sería buscar productos alternativos locales para que cada país o zona economica no dependa de otros en su producción” sentencia Damià a lo que añade “es evidente que se trata de un riesgo estratégico. Algunos países ya han tomado medidas para relocalizar sus modelos productivos estratégicos”. Esto último, a corto plazo es complejo. Por esto, lo que realmente se está haciendo es aumentar la producción al máximo para intentar cubrir la demanda.
Por otro lado, tanto las empresas productoras como las empresas logísticas impactadas, deberían comenzar modelos de producción diferentes y por lo tanto estrategias de negocio diferentes.
El futuro
Tal y como sostiene Jordi Damià, las áreas geoestratégicas indicadas anteriormente serán autosuficientes en energía y en producción de productos estratégicos. Del mismo modo, “la combinación de cambio climático más el riesgo estratégico que estamos viviendo, debería llevar a nuevos productos, nuevas formas de producción y modelos energéticos alternativos, pero aún lo veo, desafortunadamente, lejos”.
