Actualmente, las interrupciones en la economía mundial han alterado las cadenas de suministro de todos los continentes, dejando en ‘pendiente’ una amplia variedad de bienes y servicios, desde repuestos hasta microchips, pasando por contenedores y mobiliario.
“Es frustrante ver que los cuellos de botella y los problemas en la logística mundial no mejoran. De hecho, aparentemente empeoran un poco”, advierte el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.
«Vemos que probablemente continuará en el próximo año y mantendrá la inflación más tiempo de lo que habíamos pensado», dijo Powell al Foro de Banca Central del Banco Central Europeo.
Cortes acelerados en el Viejo Continente
Junto a Powell, la directora del BCE, Christine Lagarde, expresó preocupaciones similares, argumentando que el fin de estos cuellos de botella, que los economistas pensaban que estaban a solo unas semanas, es incierto.
«Los cuellos de botella de suministro y la interrupción de las cadenas de suministro, que hemos estado experimentando durante algunos meses … parecen continuar y en algunos sectores se están acelerando», dijo Lagarde.
Entre estos sectores, la ejecutiva señaló al envío, el manejo de carga y cosas por el estilo.
Dificultades para controlar los efectos secundarios
La inflación mundial se ha disparado en los últimos meses debido a un aumento en los precios de la energía y a los cuellos de botella en la producción, que están empujando los costes aún más alto, lo que genera temores de que el aumento, si dura lo suficiente, pueda filtrarse en las expectativas y elevar el perfil general de la inflación.
El problema es que los bancos centrales, la principal autoridad para controlar los precios, no tienen influencia sobre las interrupciones del suministro a corto plazo, por lo que es probable que sean espectadores, esperando a que las anomalías económicas se autocorrijan sin un daño duradero.
