Según publica el portal Revista Inforetail Procter & Gamble (P&G) ha facturado 20.612 millones de dólares (21.073 millones de euros) durante su primer trimestre fiscal, finalizado en septiembre, lo que supone un incremento del 1,3% respecto al mismo periodo del año anterior, cuando la compañía alcanzó los 20.338 millones de dólares (20.793 millones de euros).
Excluyendo los impactos de tipo de cambio, adquisiciones y desinversiones, las ventas orgánicas del dueño de marcas como Fairy, Gillette, Oral B o Lenor han aumentado un 7%, destacando, en este sentido, un aumento de los precios del 9%.
“Hemos obtenido resultados sólidos en nuestro primer trimestre del año fiscal 2023 en un entorno operativo y de costes muy difícil”, asegura el presidente de la junta, presidente y director ejecutivo de P&G, Jon Moeller. El fabricante estadounidense de productos de higiene y belleza ha alcanzado un beneficio neto atribuido de 3.939 millones de dólares (4.027 millones de euros), lo que representa una caída del 4,2% respecto al primer trimestre del pasado año.
Por segmentos de negocio, la división de cuidado del hogar ha crecido un 1% hasta los 7.082 millones de dólares (7.240 millones de euros); la de cuidado familiar, femenino e infantil también se ha incrementado un 1% llegando a los 4.934 millones de dólares (5.044 millones de euros); mientras que la de belleza ha alcanzado 3.961 millones de dólares (4.050 millones de euros), con una evolución flat respecto al mismo periodo del año anterior. Por su parte, el área de salud ha incrementado sus ingresos un 3%, situándose en 2.757 millones de dólares (2.819 millones de euros) y la de afeitado y depilación ha reducido su facturación un 4% hasta quedarse en 1.625 millones de dólares (1.665 millones de euros).
La compañía prevé un lastre de aproximadamente 1.300 millones de dólares después de impuestos (1.329 millones de euros) por tipos de cambio desfavorables, así como un impacto negativo de unos 2.400 millones de dólares (2.453 millones de euros) por un incremento de los costes de productos básicos y de otros 200 millones de dólares (204,5 millones de euros) como consecuencia de mayores costes de flete. En conjunto, representarían un efecto negativo después de impuestos estimado de alrededor de 3.900 millones de dólares (1.943 millones de euros).
