Sainsbury’s ha anunciado una inversión de mil millones de libras para conseguir alcanzar cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en sus operaciones para 2040, una década antes del objetivo marcado por Reino Unido.
De este modo, el retailer disminuirá las emisiones de carbono, el desperdicio alimentario, el packaging de plástico y el uso del agua, al tiempo que aumentará sus esfuerzos en reciclaje, una alimentación saludable y en sostenibilidad.
Asimismo, trabajará con Carbon Trust para evaluar las emisiones y establecer objetivos científicos para la reducción, informando públicamente sobre el progreso cada seis meses. Los objetivos estarán en línea con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, la mayor ambición del Acuerdo de París.
La huella de carbono actual del minorista es de un millón de toneladas, lo que representa una reducción del 35% en los últimos 15 años, a pesar de que su superficie aumentó en un 46% durante el mismo período de tiempo.
“Tenemos el deber con las comunidades a las que servimos de continuar reduciendo el impacto que nuestro negocio tiene en el medio ambiente y nos comprometemos a reducir nuestras propias emisiones de carbono y convertirnos en ‘Net Zero’ para 2040, diez años antes de los objetivos del gobierno, porque 2050 no es lo suficientemente pronto”, ha destacado el CEO de Sainsbury’s, Mike Coupe.
Del mismo modo, la compañía se ha comprometido a reducir sus envases de plástico a la mitad para 2025. En este sentido, a finales de este año reemplazará los envases de plástico y poliestireno difíciles de reciclar de sus gamas de marca propia por alternativas reciclabes.
Por otro lado, se ha comprometido a reducir el desperdicio de alimentos en un 50% para 2030. Así, la empresa ha desarrollado envases innovadores y etiquetas más claras con el fin de aumentar la vida útil de los productos y dejar que los clientes sepan cuánto tiempo pueden disfrutarlos.
