El mundo de la moda tiene un poco de mala fama en lo que a sostenibilidad y responsabilidad medioambiental se refiere… Y es que, como todos sabemos, es una de las industrias que a día de hoy, contamina más. Sobre todo por la explotación del fast-fashion, un término que engloba gran parte de las marcas low-cost debido al ritmo frenético de sus producciones y a sus timings tan reducidos…
Estamos frente a una filosofía de vida que nos incita a renovar ropa semana tras semana, una aberración en toda regla a nuestro planeta. Nos sentimos tentados por el hecho de adquirir constantemente nuevas piezas. No obstante, la concienciación por la Tierra y por la preservación de nuestro planeta cada vez crece más. Y como no, esta concienciación social ha llegado también a las grandes marcas. Por ello, poco a poco se prioriza más la compra y el uso de ropa fabricada ética y ecológicamente, además de producida y comercializada desde primera instancia en términos de sostenibilidad.
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