La producción de ropa sí contamina el agua

Los datos oficiales no explican con precisión cómo

Los miles de litros de agua que se usan para producir cada una de las millones de piezas de ropa no se pueden volver a utilizar, además de que se acumulan químicos y plásticos en la cadena alimentaria (especialmente en peces y mariscos) producto de la microfibra que se desprende durante las lavadas.

Es verdad que la industria de la moda contamina el agua del planeta, como afirman mensajes que circulan en Twitter.


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La producción de ropa contamina el agua de ríos y océanos. La contaminación ocurre de dos formas: con los químicos que se usan para la elaboración de cada prenda, incluidos tintes, y que se vierten en miles de litros de agua por pieza; y con el desecho de microfibras de plástico (diminutas fibras de tejido sintético que componen tejidos como el poliéster) que se desprenden durante el lavado de la ropa, y que van a parar a ríos y océanos.

¿La consecuencia de todo esto? Los miles de litros de agua que se usan para producir cada una de las millones de piezas de ropa no se pueden reusar; se contaminan las fuentes de agua limpia con los químicos ( ver aquí un informe sobre lo que ocurre en África con sus ríos); se acumulan químicos y microplásticos en la cadena alimentaria ( especialmente en peces y mariscos) y la salud humana se puede ver afectada por el contacto con sustancias químicas perjudiciales.

Pero aunque las afirmaciones que vimos en Twitter están en lo cierto, atribuyen todas a la industria de la moda la responsabilidad de contaminar el 20% de distintos tipos de aguas. Falta contexto, pues si bien encontramos que ciertamente ese porcentaje es usado como referencia por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Alianza de las Naciones Unidas para la Moda Sostenible (UNEP, por sus siglas en inglés), el Banco Mundial y el blog del Parlamento Europeo, estas instituciones también lo han utilizado con imprecisiones.

En nuestra verificación encontramos que la ONU afirma en su web que la industria de la moda es responsable del 20% del desperdicio total de agua en el mundo; el Banco Mundial dice que alrededor del 20% de las aguas residuales (cualquier tipo de agua que su calidad haya sido afectada) en todo el mundo procede del teñido y el tratamiento de tejidos de la ropa; la UNEP, que es el programa de la ONU para la moda sostenible, cifra que la moda genera alrededor del 20% de las aguas residuales del mundo; mientras que el blog del Parlamento Europeo indica que la producción textil es responsable de aproximadamente 20% de la contaminación mundial de agua limpia.

Ante la diferencia en el uso de la cifra del 20% atribuido a la moda como responsable de la contaminación de las aguas, consultamos por email a todos estos organismos. Con sus respuestas (la ONU no ha contestado al momento de publicar esta verificación) podemos afirmar que no se puede atribuir un porcentaje preciso de responsabilidad en la contaminación de las aguas a la industria de la moda, porque lo que muestran esas instituciones son estimaciones y unos datos que eran de cuencas fluviales de China que la publicación de la UNEP atribuyó, erróneamente, al mundo.

Organismos oficiales del mundo que no dan datos exactos

Un vocero de la UNEP reconoció en correo electrónico a elDetector que había imprecisión en sus datos sobre el porcentaje de contaminación de las aguas que atribuían a la industria de la moda. “ El informe hizo inicialmente esa afirmación para una o varias cuencas fluviales chinas, y es correcto, no se puede extrapolar [al mundo], estos datos fueron posteriormente desacreditados”, afirmó.

Al momento de la publicación de esta verificación, la UNEP ya había hecho la rectificación, como dijo a elDetector que haría ( La información original era esta, la actualización es esta). En la actualización la UNEP eliminó que la industria de la moda “genera alrededor del 20% de las aguas residuales del mundo y libera medio millón de toneladas de microfibras sintéticas en el océano cada año” y se concentró en las emisiones de carbono (principal gas de efecto invernadero que se emite a raíz de las actividades del ser humano), por parte de esa industria.

La UNEP tomó los datos de un estudio de 2012, del que sus autores no aportaron mayor información sobre cómo obtuvieron los datos, que estimó que la industria de la moda genera alrededor del 20% de las aguas residuales del mundo.

Por su parte, el Banco Mundial tomó el porcentaje del informe “Una nueva economía textil”, publicado en 2017, de la Fundación Ellen MacArthur, de Nueva York, (que busca acelerar la transición a una economía circular, es decir, un modelo de producción y consumo que implica reutilizar, reciclar y renovar productos para extender su vida útil), según respondió un vocero del departamento de prensa de la institución en correo electrónico a elDetector. El texto de la fundación Ellen McArthur es una estimación “a modo de ejemplo”, se lee.

“Si bien hay pocos datos sobre el volumen de sustancias de preocupación utilizadas en la industria, se reconoce que la producción textil de la industria, vierte grandes volúmenes de agua con productos químicos peligrosos en el medioambiente. A modo de ejemplo, el 20% de la contaminación del agua industrial a nivel mundial se debe al teñido y tratamiento de los textiles”, reza el texto con los datos de donde el Banco Mundial tomó la referencia.

También consultamos por correo electrónico al departamento de prensa del Parlamento Europeo y nos remitieron a la información disponible en el Servicio de Estudios del Parlamento Europeo (que proporciona a los eurodiputados información para tomar las decisiones legislativas). El dato del 20% de la contaminación mundial de agua limpia, producto de la moda, lo tomaron de la Agencia Europea del Medioambiente (EEA, por sus siglas en inglés), afirmó un portavoz del Parlamento Europeo.

El texto de la EEA denominado “ Los textiles en la economía circular de Europa es una estimación y no un dato concreto. “Se estima que alrededor del 20% de la contaminación global del agua es causada por el teñido y acabado de productos textiles, lo que afecta la salud de los trabajadores y las comunidades locales”.

Enviamos, en cinco oportunidades y desde el 15 de junio de 2022, por correo electrónico a la ONU la consulta sobre dónde habían obtenido los datos de que la industria de la moda es responsable del 20% del desperdicio del agua del mundo. No hemos recibido respuesta, pero si este organismo responde actualizaremos esta nota.

En resumen, con los datos que ofrecen la ONU, la UNEP, el Banco Mundial y el blog del Parlamento Europeo no se puede atribuir un porcentaje de responsabilidad en la contaminación de las aguas a la industria de la moda, porque son estimaciones y unos datos locales que se atribuyeron, erróneamente, al mundo.

Así dañan los químicos que se usan para la fabricación de la ropa

Greenpeace, en su estudio para la campaña Detox, con la que buscan crear conciencia frente al uso de sustancias químicas en la producción de vestimenta, advierte que para la fabricación de ropa en general se usan al menos 11 químicos altamente dañinos para la salud humana (pueden acumularse en órganos como el hígado, los riñones o el sistema reproductor, sistema nervioso central, entre otros) y el medioambiente (después de la producción, estos químicos son vaciados sin control y contaminan los recursos de agua dulce y finalmente acaban en los océanos), como alquifenoles (detergentes), ftalatos (ablandadores para el recubrimiento de plástico), colorantes, disolventes, parafinas, metales pesados, entre otros.

Mario Braghieri, líder del programa de moda en el Instituto Marangoni de Miami, Florida, dijo en correo electrónico a elDetector que para la confección de piezas de ropa, en sus fases de cultivación y producción, no se pueden reusar las aguas. “En la cultivación [ de materiales como el algodón] no se recicla porque va a parar a los suelos y en la segunda, porque el agua tiene muchos productos químicos”.

“Los coloridos vertidos [echados] esconden un problema aún más serio aunque a veces invisible, las sustancias químicas peligrosas, algunas de las cuales son conocidos cancerígenos o alteran los sistemas hormonales en humanos y/o animales. Debido al insuficiente control que ejercen las autoridades locales, estos vertidos contaminan los recursos de agua dulce y finalmente acaban en los océanos, lo que en algunos casos supone la acumulación de sustancias químicas peligrosas en la cadena alimentaria”, afirma el informe de Greenpeace.

Sustain Your Style , una organización sin fines de lucro que promueve innovaciones, prácticas y marcas de moda sostenibles, coincide con Greenpeace en que son 11 los químicos que son peligrosos por la producción de piezas textiles, pero además agrega que se requiere un kilo de químicos para producir un kilo de ropa. Acá se puede leer completo su informe “Ropa tóxica”.

“Cuando estas aguas contaminadas se arrojan al océano o a otros cuerpos de agua [toda extensión en la que existe agua] sin ningún tratamiento, se vuelven inservibles para cualquier uso humano y agrícola”, afirma Help Save Nature, un sitio web que documenta artículos y publicaciones sobre el medioambiente. Y, como bien advierte Greenpeace, esta cantidad de sustancias van a parar a los ríos y océanos, especialmente en la fase después de la fabricación.

La cantidad de microplásticos de la ropa que se bota al mar cada año equivale a 3 barriles de petróleo

“La mayor parte de la ropa del planeta está hecha de materiales a base de plástico como el poliéster, rayón, nylon y acrílico”, afirma la EPA en su guía “ Que deberías saber acerca de la contaminación por microfibras”.

Cuando se lava, la ropa sintética desprende pequeños fragmentos de plástico que la componen conocidos como microfibras.

Las microfibras se han encontrado en “un diverso rango de ecosistemas terrestres y acuáticos, desde las costas y el fondo marino, en zonas remotas de los parques nacionales de Estados Unidos, e incluso en la nieve de los Alpes y el Ártico”, según registros científicos de la EPA.

“Una vez en el ambiente, las microfibras son muy difíciles de limpiar”, agrega este artículo de la EPA.

Por su parte, el Parlamento Europeo en su informe de impacto de la producción de la moda, que presentó el 21 de abril de 2022, afirmó que el lavado de materiales sintéticos libera en el océano medio millón de toneladas de microfibras de plástico cada año.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés) afirmó que el equivalente de toneladas de microfibra que se tiran al mar cada año es igual a tres barriles de petróleo.

Investigadores citados por la EPA han encontrado microfibras de plástico en diversos pescados y mariscos que son de consumo humano.

Conclusión

Es verdad que la industria de la moda contamina el agua del mundo, pero falta un contexto: los datos de cuánto y cómo son imprecisos. Organismos internacionales como la ONU, la Alianza de las Naciones Unidas para la Moda Sostenible (UNEP, por sus siglas en inglés), el Banco Mundial y la Unión Europea cifran en 20% distintas responsabilidades de la industria textil sobre la contaminación de las aguas, pero con los datos que ofrecen no se puede atribuir un porcentaje de responsabilidad en la contaminación de las aguas a la industria de la moda, porque usan estimaciones o incluso datos locales que se atribuyeron, erróneamente, al mundo.

La contaminación que genera la producción de la ropa ocurre de dos formas: con los químicos que se usan para la elaboración de cada prenda, incluidos tintes, y que se vierten en miles de litros de agua; y con el desecho de microfibras de plástico (diminutas fibras de tejido sintético que componen tejidos como el poliéster) que se usan en las piezas y que se desprenden en las lavadas.

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