Porque la sostenibilidad también pasa por hacer compras que duran y duran.
Si algo sabemos de sobra es que el armario de una chica estilosa e inteligente tiene cierto número de prendas imprescindibles. Hablamos de camisas blancas de corte recto, de vestiditos negros, de vaqueros azules, de bolsos XL, de collares y pendientes dorados que dan ese toque elegante y de personalidad a cualquier estilismo… Vamos, podríamos seguir enumerando piezas atemporales que apetece tener de por vida en el guardarropa, pero debemos admitir que cuando se trata de zapatos existe una lista aparte que coexiste con el fondo de armario más ideal. Porque por más que los zapatos sean nuestro capricho fashionista favorito, lo de tener un zapatero cápsula suena todavía más apetecible. Sobre todo cuando lo adaptamos a cada temporada. Y amigas, el del otoño-invierno está formado por estos siete pares que no pasan de moda y que serán la inversión perfecta:
1. Un par de stilettos: no importa de qué color se tiñan, estos taconazos son como unos pitillos. Quedan bien con todo, visten hasta el look más básico y son de lo más elegantes.
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2. Los mocasines: los más sencillos, con hebillas o con frunces. Los Gucci favoritos de Dakota Johnson son el ejemplo perfecto, ligeramente masculinos, muy elegantes y súper prácticos.
3. Unos botines de tacón cómodo: no hay calzado del otoño-invierno con tantos usos como las botas al tobillo favoritas de las parisinas. Simples, sin florituras, de colores lisos y neutros y con un tacón ancho que no supera los 7 cm.
4. Unas deportivas clásicas: New Balance, Converse, Vans o Adidas, estas zapas siempre serán un elemento básico del zapatero. Se llevan fetén con leggings, vaqueros, faldas, vestidos, lo que sea. Y si hay algo que nos encanta de ellas –además de lo cómodas y funcionales que son– es que añaden un aire desenfadado a cualquier look.
5. Los botines Chelsea: probablemente los más minimalistas del zapatero. Nacidos en 1820, con su versión femenina apareciendo 10 años después firmada por el zapatero Joseph Sparkles-Hall, pero alcanzando su mayor popularidad durante los años cincuenta y sesenta con la estética mod y los Beatles.
6. Unas bailarinas: ¿podrías nombrar un calzado más bonito, atemporal y versátil que unos zapatos planos? Pues la verdad es que no. Y si además son tan cómodos como sofisticados, no hay duda de que tenemos un verdadero tesoro ante nosotras.
7. Las botas altas: esas que llevaría Rachel Green. Las que llegan justo a la rodilla, no se ciñen a las piernas, que vienen en colores neutros y se coronan con un tacón ancho y cómodo.
Y sí, es probable que ya tengas uno de estos pares dentro de tu zapatero, pero si no es así, no te preocupes, porque basta repasar tus firmas de cabecera para dar con ellos.
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