El Banco Central de Chile ha tomado la decisión de reducir la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 50 puntos base, llevándola a un 9%. Esto marca la tercera disminución consecutiva en el ciclo actual. En la reunión de Política Monetaria en septiembre, la TPM se redujo a 9,5%, y ahora se continúa con la tendencia a la baja.
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El panorama económico global ha experimentado volatilidad e incertidumbre, con un enfoque especial en el desempeño económico de Estados Unidos y su impacto en la inflación futura. Además, la Reserva Federal (Fed) ha endurecido su política monetaria, lo que se traduce en tasas de interés a largo plazo más altas en los Estados Unidos. Esto ha llevado a una apreciación del dólar a nivel mundial y una corrección negativa en los mercados bursátiles.
La economía chilena tampoco ha escapado a estos movimientos globales, con tasas de interés a largo plazo en aumento, pérdidas acumuladas en el mercado bursátil y una depreciación del peso chileno en comparación con la reunión anterior del Banco Central.
En este contexto, la demanda de crédito sigue mostrando debilidad en algunos segmentos. La actividad económica local se vio afectada en agosto, con una disminución del Imacec total y no minero del 0,5%, impulsado en parte por factores que impactaron los servicios de educación. Además, el mercado laboral ha demostrado debilidad, con una tasa de desempleo que subió al 9% en el trimestre finalizado en agosto.
El Banco Central de Chile ha tomado medidas para abordar este complejo escenario, acordando reducir la tasa de interés de política monetaria en 50 puntos base, situándola en un 9%. El objetivo de esta acción es ayudar a converger la inflación hacia la meta del 3%. Además, el Banco Central ha suspendido el programa de reposición de reservas y la reducción gradual de su posición forward debido a las crecientes tensiones en los mercados financieros globales.
Este recorte de la TPM busca estimular la economía chilena al abaratar el costo del crédito, lo que podría impulsar la inversión y el gasto. La TPM es una herramienta fundamental para controlar la inflación y es determinada por el Consejo del Banco Central en sus Reuniones de Política Monetaria que se realizan regularmente.
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