En el actual escenario de restricciones de inversión, las fintech se enfrentan al desafío de optimizar la emisión de tarjetas de débito y crédito para mantener su crecimiento y expandir su alcance. Este entorno, marcado por una disminución en los recursos financieros disponibles, impacta de manera significativa a las fintech en sus primeras etapas de desarrollo, que históricamente han dependido más de inversiones para su expansión.
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Pomelo, una empresa tecnológica financiera, destaca que las fintech consolidadas con una sólida base de clientes están mejor posicionadas para resistir estos desafíos financieros. Juan Fantoni, cofundador de Pomelo, subraya la necesidad actual de que las empresas demuestren resultados concretos en términos de ingresos y rentabilidad, en contraste con la práctica previa de operar durante meses sin generar beneficios.
La tecnología en la nube emerge como un aliado crucial, permitiendo a las fintech reducir drásticamente el tiempo dedicado a procesos fundamentales en la infraestructura y emisión de tarjetas. En particular, Pomelo resalta la importancia de una infraestructura tecnológica robusta y destaca el papel crucial de las Interfaces de Programación de Aplicaciones en la comunicación efectiva entre las tarjetas y los diversos componentes del ecosistema financiero.
El lanzamiento de una tarjeta abarca diversos procesos, desde la identificación de su tipo hasta consideraciones sobre su uso para compras locales o internacionales. Además, la firma enfatiza la importancia de garantizar la calidad y seguridad mediante rigurosas pruebas en la fabricación y distribución de las tarjetas.
Juan Fantoni añade que la estrategia de lanzamiento eficaz depende de la entrega oportuna del producto financiero al cliente. Si el proceso se extiende demasiado, puede resultar contraproducente, ya que el interés inicial del cliente puede disminuir.
El artículo concluye resaltando la oportunidad de crecimiento en la industria de pagos en América Latina. Según un informe de BCG, los ingresos de esta industria experimentaron un aumento del 12% entre 2017 y 2022, alcanzando un valor de 120,000 millones de dólares. Se proyecta que este crecimiento continúe a un ritmo del 8.3% hasta 2027, llegando a un valor de 179,000 millones de dólares. Las fintech que logren superar los desafíos actuales pueden capitalizar esta oportunidad en el sector de pagos en la región.
Esta nota apareció primero en El Economista
