En sus orígenes están las zapatillas que hicieron volar a Jesse Owens en los Juegos Olímpicos de Berlín. Calzó a la selección alemana de fútbol en el primer partido tras la Segunda Guerra Mundial, y más tarde a Pelé, Maradona y Usain Bolt. Pero no son esos galones con los que Puma ha logrado volver a la carrera en los últimos años, sino con Rihanna, la moda y el streetwear. Siete años después de aquella vuelta de tuerca, Puma busca en Neymar a un nuevo padrino para reivindicarse en la élite del deporte profesional y, con ella, en el público masivo y global.
En la historia reciente de Puma está marcado a fuego el año 2013. Con la llegada de Bjørn Gulden como consejero delegado, la compañía inició un reposicionamiento estratégico para definir su lugar en un mercado, el del deporte, dominado con mucha diferencia por Nike y Adidas.
