Los New Balance más combinables de este año para un look OLD SCHOOL + UGLY. Una silueta de calzado deportivo que lo tiene todo; empezando por un diseño ultraversátil, terminando con una actitud atemporalmente audaz.
Al hacer un recuento del mundo sneaker durante la década de 2010, enfatizando el auge del estilo ugly —que redefinió significativamente el diseño de nuestra época—, los tenis New Balance deben figurar sí o sí en dicho listado. Con mención honorífica, incluso. Fue a lo largo de esos años que la marca con la gran N en los costados potencializó su ADN y aprovechó las joyas de su archivo para posicionarse, de nueva cuenta, como un hito en la historia de los kicks más deseados. No sólo eso. También para reconfigurar la indumentaria callejera del mundo entero y acelerar las evoluciones tanto en ropa casual como en el nuevo mapa de la moda.
Dicho esto, no es extraño que entonces hoy una reedición de los NB 2002r se advierta como uno de los lanzamientos más extraordinarios del año, así como una pieza de vital importancia para muchísimos armarios del planeta; un sneaker de alto valor estético y una silueta de —hasta cierto punto— carga nostálgica. Sobre todo, cuando hablamos de los intereses en una demografía muy específica como es la población millennial, la cual creció en los 2010 y terminó de gestar su estilo e identidad en el marco del ya asentado siglo XXI. Nutrido, por supuesto, por las estéticas de los años ochenta y noventa, así como la ruptura del high end tal y como se había conocido hasta la fecha.
Ahora, con una nueva iteración de estos clásicos tenis New Balance, tenemos un kick de personalidad versátil, belleza emancipatoria, gustos audazmente democráticos y espíritu ultraclásico. Un par que desafía al tiempo y va con todo. Te explicamos más de esta silueta en su más reciente colorway.
Los New Balance más combinables de este año para un look OLD SCHOOL + UGLY
New Balance 2002r ‘Sea Salt’
Una edición que equilibra inteligentemente la elegancia sutil de la etiqueta con elementos de extrema comodidad, acentos de color muy dinámicos y un feeling de “vieja escuela” bastante seductor.
En este kick, la parte superior combina armoniosamente materiales de malla, cuero y gamuza creando una estética texturizada que no sólo halaga a la vista, sino que resulta extracool al tacto y al andar. A lo largo de la silueta tenemos también toques de color llenos de ánimo y concordancia con el diseño, aplicando en la gamuza trasera un tono de azul marino que le hace sentir como un tenis tradicionalmente deportivo e incluso escolar. Hacia la parte baja, una llamativa amortiguación roja que se siente enérgica y atrevida.
Finalmente, tenemos detalles en negro que se extienden por la N de cada panel lateral y los bordes de la suela exterior.
¿Lo que más amamos? El tratamiento y ligero contraste de blancos en todo el diseño, logrando sensaciones y looks de elegante cremosidad, al mismo tiempo que de tranquila y grácil combinabilidad. Uno de los mejores tenis blancos que van con todo.
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Un poco de historia
El origen del New Balance 2002r fue en 2010, como el sucesor del 2001; otro par que su bien era técnicamente impresionante, su fealdad voluntaria rompía tanto con el esquema del estilo que el público no le terminó consumiendo como estaba planeado. Fue entonces, que la firma decidió ensamblar un sneaker de nubuck, malla y suelas N-ERGY, retomando la anatomía del modelo para correr 1906.
¿La razón para su resurgimiento y nueva fuerza en el cosmos del streetwear? Ese movimiento Dad Shoe de finales de 2010 que puso en marcha un revival para los diseños históricamente gruesos. Una ola creativa que hoy se encuentra más vigente que nunca y lo suficientemente madura —revisitada— como para hacer match con muchísimas más personas y estilos en toda geografía posible. Dado esto, la marca decidió relanzar su 2002, sólo que con el sufijo r que anuncia un mayor enfoque a categorías de estilo de vida runner en su amplio catálogo.
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