¡Un Hermès para llevar por favor!
- Tienen una baja volatilidad y riesgo, son escasos y fáciles de vender
- El más caro del mundo, de Hermès, tiene un valor de más de 340.000 dólares
Según publica eleconomista.es En periodos de incertidumbre económica la búsqueda de activos que ofrezcan protección contra elementos como la inflación crece como la pólvora. Los habituales activos refugio que copan los titulares de los medios de comunicación o que más se nombran en las conversaciones son el oro, los bonos gubernamentales o los bienes inmuebles.
No obstante, hay otra categoría que, si bien menos conocida, está demostrando su resiliencia, al tiempo que ofrece jugosas rentabilidades: los bolsos de lujo. Más allá de las habituales fotos de las y los celebrities con bolsos que demuestran su alto poder adquisitivo, la adquisición de este tipo de producto supone una inversión muy interesante teniendo en cuenta que reúne dos características que los hace muy atractivos: son escasos y tienen un valor aspiracional.
En este sentido, este tipo de artículo se consideran bienes Veblen, es decir, que experimenta un aumento en la demanda cuando aumenta el precio. Esta categorización se debe al economista estadounidense Thorstein Veblen que llegó a la conclusión de que cuanto más cara y exclusiva era una cosa más se vendería y sería consumida por un sector muy específico de clientes.
Precisamente, estos días el multimillonario de Hong Kong Joseph Lau ha sido noticia al haber vendido docenas de bolsos, en su mayoría de Hermès, por 3,2 millones de dólares en una subasta de Sotheby’s. Según informó Bloomberg, Lau, ex presidente de la promotora hongkonesa Chinese Estates Holdings, ha comprado más de 1.500 bolsos de la marca francesa a lo largo de su vida y aún posee más de 1.000 unidades.
Uno de los bolsos más icónicos de Hermès es el Birkin que en algunas tiendas de segunda mano se puede encontrar a partir de 10.000 euros el más barato hasta los 55.000 euros para las versiones más exclusivas. Una de las claves del éxito del Birkin es que no se puede comprar en ninguna tienda de Hermès. Para hacerse con uno hay que apuntarse a una lista de espera. Una situación que da buena cuenta del estatus que vende la casa francesa.
No es de extrañar, por tanto, que la cantante Cardi B hiciese explotar Internet en 2020 cuando mostró su colección de este modelo de Hermès. Nada más y nada menos que 23 ejemplares del codiciado Birkin. Los hombres también son fans de esa exclusividad que vende la marca como es el caso del rapero Drake o el jugador de baloncesto P.J. Tucker.
La versión más lujosa de este modelo es el Diamond Himalaya Birkin. Se trata de un bolso de 30 centímetros de ancho confeccionado con piel de cocodrilo niloticus, el cocodrilo del Nilo, y cuenta con un diamante y oro blanco de 18 quilates incrustados en el cierre. Ha sido catalogado como el bolso más caro del mundo, con un valor de más de 340.000 dólares. Algunas de las famosas que cuentan esta exclusiva pieza son Jennifer López, Victoria Beckham, Kim Kardashian o Georgina Rodríguez.
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Otro bolso icónico que también ha ocupado su lugar como activo refugio es el 2.55 de Chanel. Si bien no puede adquirirse en la web de la marca, sí que indican los precios de venta. La versión más pequeña requiere un desembolso de 4.350 euros, el más extendido, 8.990 euros y en tamaño grande 10.300 euros.
Algunos expertos señalan que esta estrategia de ir subiendo los precios, además de por el obvio margen de beneficio, responde a una estrategia de diferenciación, de otorgarle al comprador un nivel social superior. De hecho, esos desorbitados precios hacen que se vuelvan, incluso, más objeto de deseo. Podría resumirse en: «si tiene el dinero puede formar parte del club».
A este respecto, la maison ha subido los precios considerablemente desde 2019. Según los datos de Jefferies, en apenas dos años (2019-2021) Chanel ha subido los precios hasta en cuatro ocasiones. Además de encarecer sus productos, la firma ha estado tomando otra serie de medidas para limitar el número de bolsos que un solo comprador puede adquirir, provocando que esta escasez haga aumentar su valor.
Así, en París, un asistente de ventas de Chanel explicó a Bloomberg News que a un cliente solo se le permite comprar un bolso y debe esperar dos meses antes de comprar otro que, por cierto, no puede tener las mismas características. En Nueva York, había límites mensuales en las compras de ciertos estilos clásicos, mientras que en Hong Kong y Shanghái no había restricciones.
Una inversión con retorno
Más allá del aura de estatus que otorgan este tipo de bolsos, lo cierto es que suponen una inversión muy atractiva. Como recoge el informe Collectibles Amid Heightened Uncertainty and Inflation, de Credit Suisse y Deloitte, «para las personas con un patrimonio muy alto, los productos de colección representan una parte de su riqueza que merece un cuidado similar al de otros activos, financieros o no. En momentos de incertidumbre pueden proporcionar una gran reserva de valor, aprovechando su escasez y su valor social».
El informe señala que la mejor inversión teniendo en cuenta el binomio riesgo/recompensa en la industria de los coleccionables han sido los bolsos de lujo. Por ejemplo, en 2020, inicio de la pandemia y la recesión económica, la rentabilidad media de los bolsos de Chanel fue del 11,8%, mientras que la del Birkin de Hermès alcanzó el 38%. Por otro lado, según el informe The Wealth Report, en 2021 los bolsos fueron el objeto coleccionable que más se revalorizó con un aumento de precio del 17%.
Todo ello, está provocando que los bolsos de lujo se perciban como un activo refugio como ha sido tradicionalmente el oro. Tienen una baja volatilidad y riesgo, son escasos y fáciles de vender, ya que siempre habrá alguien dispuesto a pagar una cantidad desorbitada de dinero para formar parte de la élite.
