Los 10 mejores relojes Omega (y las estrellas que los han puesto de moda)

RELOJ

Los 10 mejores relojes Omega (y las estrellas que los han puesto de moda). Pocas marcas gozan de tanta estima como Omega. ¿Por qué? Sencillo, porque es la marca responsable de crear iconos y aquí hemos reunido los mejores.

¿Buscas un reloj de calidad con historia y prestigio, que no sea un Rolex y no requiera inscribirse en una lista de espera? Hay muchos relojes Omega que encajan a la perfección con esa descripción. De hecho, si quiere seguir los pasos de Neil Armstrong o emular el estilo de George Clooney, James Bond o el próximo rey de Inglaterra, necesitas un Omega.


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Es por eso que en GQ hemos seleccionado diez relojes Omega listos para añadirse a tu colección, desde modelos vintage hasta piezas icónicas por derecho propio, pasando por algunos bañados de modernidad.

Omega Speedmaster

El reloj espacial por excelencia.

El querido “Speedy” es la piedra angular de Omega, su superhéroe, su gallina de los huevos de oro, y todo gracias a que este reloj fue lanzado al espacio a bordo del Apolo 11 y recorrió la Luna en la muñeca de Buzz Aldrin. Neil Armstrong también tenía uno, pero se dice que lo dejó en el módulo lunar y, desde 1973, forma parte de la colección del Museo Nacional del Aire y del Espacio de la Institución Smithsonian de Estados Unidos. El de Aldrin también debería estar allí, pero se perdió durante el transporte y solo Dios sabe cuántos millones valdría hoy si alguna vez se pusiera a la venta.

Tom Hanks, Ryan Reynolds y Simon Pegg son solo algunas de las estrellas a las que la historia de flotar en el espacio exterior les ha cautivado lo suficiente como para invertir en uno, señal suficiente de que tú también deberías hacerlo. Tal es su encanto y su atractivo universal, que Swatch colaboró con la marca para crear una versión del Omega Speedmaster de biocerámica, aunque, debido a su asequible precio, puede que sea más difícil de conseguir que un OG.

Omega Constellation

Un clásico de belleza innegable.

La línea Omega Constellation se lanzó en 1952 para ofrecer a los compradores de la marca una opción “de lujo”, por lo que no es de extrañar que Elvis Presley, entonces una estrella emergente recién acuñada, eligiera llevar uno mientras realizaba su servicio militar a finales de los 50,una pieza que eventualmente regalaría a su compañero del ejército, Charlie, tras cuya muerte se vendió por 50,000 dólares.

La línea moderna comprende docenas de modelos, pero nosotros valoramos la versión de 41 mm en acero y oro Sedna. Además, el desteñido de la esfera que va del color vino al negro es sutilmente diferente, y el reloj también viene con certificación “Master Chronometer”.

Omega Seamaster PloProf

Exclusivo para profesionales.

En 1970, mucho antes de que marcas independientes como MB&F y Urwerk fabricaran relojes de aspecto alocado, Omega ya lo hacía con el desvergonzadamente extraño reloj de buceo Omega PloProf. Abreviatura de plongeur professionnel, el nombre alude al hecho de que estaba destinado a buceadores serios: la caja estaba tallada en un bloque macizo de acero y los ingenieros de Omega crearon un vacío en su interior que, según se decía, era impenetrable al aire durante 1,000 años (por lo que probablemente duraría más que la raza humana a este ritmo).

Con un gran botón rojo colgando del lateral para desbloquear el bisel, el reloj era lo suficientemente llamativo como para atraer al genio del estilo Gianni Agnelli. Relanzado en 2009, ahora puede adquirirse en cuatro versiones, sin mencionar la preciosa versión de la reciente línea Summer Blue de Omega.

Omega Flightmaster

Para conocedores.

“Es fácil fabricar un cronógrafo con bisel giratorio y llamarlo reloj de piloto, pero no es tan fácil fabricar un cronógrafo funcional específicamente para el piloto”, decía el libro de instrucciones de Omega para el espectacular Flightmaster, del que se fabricaron más de 37,000 unidades entre 1969 y 1973.

Fue el último de los relojes Omega en incorporar un movimiento mecánico diseñado específicamente para aviadores. Podía adquirirse en dos versiones: una con agujas naranjas para pilotos aficionados y viajeros frecuentes; la otra con agujas amarillas recubiertas de cadmio que reaccionaban con las luces ultravioletas de la cabina para hacerlas brillar en la oscuridad. Cualquiera de las dos versiones es genial, pero tendrá que optar por la vintage: por razones que nadie conoce, Omega aún no ha reeditado el fabuloso “Flighty”. Este modelo de oro también es precioso.

Omega Seamaster Diver 300M

El clásico de Bond.

Aunque el escritor de James Bond, Ian Fleming, era un hombre de Rolex hasta la médula, todos sabemos que el 007 lleva un Omega desde que Pierce Brosnan apareció en Goldeneye (1995). Después de que Brosnan cediera su Walther P99 a Daniel Craig para Casino Royale en 2006, los dos Seamaster que lució Craig en la película se subastaron por poco más de 70,800 dólares (un 300M) y alrededor de 280,000 dólares (un Planet Ocean con restos de barro seco del rodaje), respectivamente.

Sin embargo, creemos que el mejor Seamaster que Bond ha tenido es el Omega 007 Edition de 42 mm de titanio creado para No Time to Die. Y mientras continúan los rumores sobre quién será el próximo Bond, estamos seguros de que los últimos lanzamientos de la marca ayudarán a cerrar el trato y es posible que aquel que los luzca mejor se quede con el papel —o al menos eso nos gustaría—.

Omega De Ville

Una pieza con mucha historia.

Los modelos De Ville pueden parecer los relojes más cuadrados del catálogo de Omega (aunque todos son redondos), pero la línea tiene una rica historia. El nombre se introdujo para identificar las versiones de vestir del Seamaster antes de que De Ville se convirtiera en un nombre de modelo por derecho propio en 1967, pero tuvieron que pasar más de 30 años para que llegara su mejor momento.

En 1999, el Omega De Ville fue elegido como el primer reloj en llevar el célebre escape Co-Axial, inventado por el inglés George Daniels y utilizado por Omega desde entonces. Otro George (Clooney) ha sido visto a menudo luciendo un De Ville, al igual que la estrella de Spider-Man, Andrew Garfield.

Omega Bullhead

Para amantes de lo particular.

A continuación, el menos conocido reloj cronómetro Omega Bullhead. Con 43 mm cuadrados (más o menos), estos modelos son bastante gruesos y extraños. El Bullhead apareció por primera vez en 1969 y las versiones originales se encuentran entre los más raros de todos los cronógrafos Omega —aunque no son los más valiosos, con ejemplos en perfecto estado disponibles por más de 10,000 dólares—. El diseño funky, originalmente dirigido a los conductores de autos deportivos, fue reintroducido en 2015 y actualmente hay dos versiones para aquellos a los que les gusta ser diferentes.

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Omega Railmaster

Para combatir el combatir el magnetismo.

Cuando se trata de combatir el magnetismo, Rolex tiene su Milgauss, IWC su Ingenieur y Omega su Railmaster. Todos los modelos originales se lanzaron en los años 50, lo que no es casualidad, ya que en aquella época la tecnología se aceleraba y el magnetismo causaba estragos en los relojes mecánicos, sobre todo en los ferrocarriles, donde los enormes motores electromagnéticos que se instalaban en las locomotoras creaban rápidamente un problema relojero.

Omega lo resolvió con el Railmaster de 1957, cuyo movimiento estaba encerrado en una jaula de mu-metal que lo protegía de campos magnéticos de hasta 1,000 Gauss. La lección de historia y ciencia aún no ha terminado, pero las cosas han cambiado un poco y el último Railmaster puede resistir unos impresionantes 15,000 Gauss, suficientes para levantar un peso de 9 kg.

Omega Speedmaster 125

Una pieza memorable.

No lo encontrarás en la gama moderna de Omega, a pesar de que representa un hito relojero. Lanzado en 1973 para conmemorar el aniversario número 125 de la marca, fue el primer cronómetro cronógrafo automático con certificación oficial del mundo y el cristal mineral plano se podía elegir con escala taquimétrica, pulsométrica, telemétrica o decimal. Se pensaba que solo se habían fabricado 2,000 unidades, pero la cifra real se acerca a los 20,000, por lo que es fácil encontrar un 125, es un gran reloj y no te costará una fortuna. El jefe de diseño de BMW, Adrian van Hooydonk, lleva uno, y no es de extrañar, ya que sabe un par de cosas sobre diseño de buen gusto.

Omega Milestone 1941

Una joya renovada.

La “Colección del Museo” de Omega incluye modelos históricos extraídos del espectacular archivo de la marca y reeditados en cantidades limitadas. El número nueve de esta línea resucitó un cronógrafo militar clásico con escala taquimétrica y telemétrica (esta última utilizada para determinar la distancia de los artefactos explosivos). El original medía 37.5 mm, un tamaño grande para la época, lo que significa que la versión resucitada era bastante precisa, con solo medio milímetro más. Aunque la caja era de oro blanco en lugar de acero “Staybrite”, más resistente. Este reloj Omega es una joya. Si puedes encontrar uno, te recomendamos no perderlo de vista.

Puedes leer la nota de la fuente aquí 

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