«-¿Verde artificial? -¡No, gracias!», por Jorge Ponce Dawson, Man Board Director at Broadway Malyan.
En la búsqueda por ofrecer más y más “experiencias” en nuestras tiendas y locales de restauración, hay un socorrido recurso que se ha hecho muy habitual y con un objetivo muy loable.
Se trata de “renaturalizar” nuestros diseños, de aplicar principios “biofílicos” e incrementar los niveles de “wellness”. Está científicamente demostrado que la visión de la naturaleza, del propio color verde, tiene poderes balsámicos y de reducción del estrés, y nos predispone mejor ante cualquier actividad. ¿Quién puede estar en contra de objetivos así?
El problema surge cuando estas ideas se ven cuestionadas por los costes de instalación y de mantenimiento de la vegetación natural, y las plantas y árboles de interior son suplantadas por plantas artificiales, árboles liofilizados, musgos sintéticos y demás “florituras” de la industria del diseño, que no de la naturaleza. En muchos casos, el wellness artificial se impone como solución práctica y económica al wellness natural…
El lamentable incendio que se produjo en Madrid recientemente en un restaurante plagado de plantas disecadas y artificiales que produjo dos víctimas mortales y una decena de heridos, es una llamada de atención que todos en la industria del Retail debemos atender. Es evidente que el efecto logrado por las “plantas” colgantes era espectacular, pero no se tuvo en consideración el terrible detalle de la inflamabilidad de este tipo de soluciones.
Por eso me parece tan importante y digno de mención el trabajo de reforma que hicimos desde Broadway Malyan para Westfield Parquesur y que completamos a fines del año pasado. Creo que se trata de un punto de inflexión en el tratamiento paisajístico de un mall interior, apostando por el verde natural, real y exuberante, como nunca se había visto hasta hoy. El efecto de renaturalización lo reforzamos a su vez optando por una nueva paleta de acabados de colores blancos, claros y toques de madera clara, como puede verse en las fotos que acompañan este artículo. De ahora en más, ya sabemos la respuesta: ¿Verde artificial? ¡No, gracias!
Fuente: hiretail.es
