Por Gerardo Urra, CEO U-Payments
El 2022 fue un año muy movido para la industria de medios de pago. Estuvo marcado por temas regulatorios asociados al esquema tarifario de Transbank, dicción de instrucciones generales del TDLC y la fijación de las tasas de intercambio provisorias (TI). Hay que recordar que en agosto del 2021 se creó el Comité para la Fijación de Límites a las Tasas de Intercambio, el que en febrero de 2022 reguló de forma provisoria las tasas, fijando los máximos para débito (0,60%), en prepago (1,04%) y en crédito (1,48%). La industria de medios de pago, comercios y consumidores están a la espera de que la comisión fije las definitivas.
No es una tarea fácil y esperamos que las nuevas tasas promuevan la inclusión financiera, permita el ingreso de nuevos participantes y su viabilidad económica, y el desarrollo de nuevos productos. Para cumplir con esto al menos se deben mantener o aumentar los límites vigentes y no causar un efecto indeseado.
Las modificaciones regulatorias que estamos viviendo forman parte del proceso de evolución que experimentan los medios de pagos, donde el principal cambio fue pasar de un modelo de tres a cuatro partes, lo que permitió la entrada de más adquirentes y emisores no bancarios.
Una regulación de tasas de intercambio debe promover la expansión de los medios de pago, pero sin una receta única, más bien se debe fijar una tasa acorde con la penetración de los pagos en Chile y si bien va aumentando, aún se encuentra lejos de países desarrollados. Una tasa baja solo frenará la competencia y entrada de nuevos emisores, existirán menos recursos para innovación y veremos poca diferenciación. Lo que es más evidente en prepago, no cuentan con la misma red de aceptación que tiene el débito, porque aún existen comercios que restringen su uso; entonces, es importante que exista un marco normativo que posibilite aumentar o al menos mantener lo que se consideró en prepago cuando se establecieron las tasas provisorias.
Es vital que la autoridad respectiva pueda contar con toda la información que permita una fijación de tasas definitivas con una metodología que reconozca el valor que entregan los medios de pago para los comercios, siempre teniendo en cuenta cómo funciona este mercado, donde se debe equilibrar comercios y consumidores. Hace sentido utilizar la metodología del Merchant Indifference Test (o test del turista), pero considerando externalidades como el costo del crédito que tendrían el comercio si ellos debieran financiar a los consumidores, efectos positivos sobre la recaudación de impuestos y costos asociados al uso del efectivo.
Lo que defina la autoridad respectiva, debe generar incentivos para toda la cadena de pago, los comercios deben continuar reduciendo sus costos y maximizando el beneficio de ventas realizadas con medios de pago electrónicos, más consumidores deben tener acceso al crédito y al comercio electrónico, beneficiándose todos los actores del ecosistema de las bondades indiscutibles de reducir la circulación de efectivo.
