Opinión: Transformación digital y empleo post Covid-19

Hombre de traje arreglándose la corbata

La atención sobre la “Pandemia Económica” ocasionada por la Covid-19 se ha centrado en el aumento del desempleo, que según las autoridades, rondará 25% este año.

Es decir, 1 de cada 4 panameños (as) que busca empleo no lo encontrará, y teniendo en cuenta una Población Económicamente Activa de unos 2.2 millones, al final del año habrá 550 mil desempleados , 404 mil más que los 146 mil que había hace un año.


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¿Qué pasará después?

En el 2021 la generación de empleo comenzará a recuperarse, pero la Covid-19 profundizará tendencias, en particular la acelerada contracción del empleo asalariado privado y el cada vez mayor protagonismo del emprendimiento, que es y seguirá siendo el motor del empleo.

Panamá genera principalmente empleo informal. En los últimos 8 años (2011-2019), 70% de los empleos creados fueron informales. Entre el 2014 y 2019, el porcentaje subió a 85% (el otro 15% fue el resultado aumento de la planilla estatal, con la incorporación de 35,350 ‬funcionarios), mientras que el último año (2018-2019) 100% de la expansión del empleo fue informal más que los 146 mil que había hace un año.

Hay otros patrones que la pandemia acentuará, asociados con la escolaridad requerida en los nuevos empleos. Entre el 2004 y 2014, década marcada por la construcción de infraestructuras, en particular la expansión del Canal, la construcción, la agricultura, el comercio, la industria y logística, con un promedio ponderado de instrucción formal de 9.6 años, estos sectores aportaron 56% de los 560,631 empleos generados.

La edad promedio en los nuevos empleos creció 8.2 años, pero la escolaridad requerida solo aumentó 9.6 meses. A pesar de que 280,695 profesionales universitarios ingresaron al mercado laboral, 3 de cada 5 trabajadores que lo hicieron tenían 12 o menos años de educación formal.

El trabajador panameño promedio tiene 11.5 años de estudios aprobados, mientras que la edad promedio en los nuevos empleos (2014-2019) es 53.3 años. Por una década, 70% de la fuerza laboral del país ha estado compuesta por trabajadores del comercio, artesanos, agricultores, operadores de maquinaria y mano de obra no calificada, con un importante componente presencial, lo cual ha limitado la potencialidad de la automatización a áreas administrativas.

En el 2009, un 12% de la Población Ocupaba llevaba a cabo actividades administrativas (Oficinistas), y en el 2019 fue 6%.

La economía generó 576,366 empleos, pero 45,407 oficinistas perdieron sus trabajos.

Los empleos post Covid-19 requerirán mayor escolaridad, así como competencias actitudinales y digitales. Esto ya viene ocurriendo.

Un ejemplo claro es el teletrabajo, cuyo potencial apenas comienza.

El porcentaje de empleos que pueden hoy adaptarse al teletrabajo varían por categoría laboral, de 80% de actividades administrativas (oficinistas), 75% de los gerenciales, 70% de los profesionales y 55% de los técnicos, pero disminuye considerablemente en el caso de ventas (25%), artesanos y mano de obra no calificada (menos del 5%), y operadores de maquinaria (menos del 2%).

El teletrabajo en Panamá se ha venido dando en actividades de servicio, actividades profesionales, y administrativas y servicios de apoyo.

Excluyendo los funcionarios públicos, se estima que existen unos 78 mil teletrabajadores en Panamá, 9 de cada 10 de ellos (as) en el sector financiero/seguros, información/comunicaciones,industria, logística y otros servicios.

En 2018, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) analizó el riesgo para el empleo que suponía la automatización, destacando a los trabajadores con cualificación baja y los jóvenes como los colectivos con mayor riesgo.

También apuntó que, además de los empleos que dejarán de ser necesarios, las nuevas tecnologías crearán otros y comparte la idea de “que los puestos de trabajo se van a transformar”.

En este sentido, en julio 2020, la presidenta de Microsoft en España, Pilar López, en la presentación del proyecto #DigitalSkills, que tiene como objetivo ayudar a disminuir la deficiencia existente en formación, explicó que “la economía post Covid-19 va a generar muchos trabajos de calidad técnica, pero, a la vez, va a incrementar la brecha de las habilidades digitales. Cerrar esta brecha ayudará mucho a la recuperación”.

Con una deserción escolar en educación premedia y media del 63% entre el 2013 y 2019 (a incrementarse como consecuencia de la Covid-19), y 95% de los graduandos humildes probando suerte en un mercado laboral para el cual no están preparados. El reto para Panamá es grande.

La Covid-19 “adelantó el calendario” y acelerará exponencialmente las tendencias laborales, lo cual tendrá múltiples consecuencias y afectará innumerables aspectos de la forma de vivir y trabajar. El “futuro del trabajo” ya llegó.

El autor es asesor empresarial

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